VALÈNCIA. Golpe de autoridad. El Valencia consiguió meterse de lleno en la batalla por la cuarta plaza imponiéndose en un escenario complicado como el Sánchez Pizjuán y a falta de nueve partidos, la situación del Valencia es envidiable. Con una final de Copa del Rey en el bolsillo y un bonito escenario en la Europa League, el triunfo de ayer encauza también el objetivo liguero. Las opciones de volver a la Champions están intactas.
Pese al mal inicio, el Valencia nunca le ha perdido la cara a la temporada. Su sacrificio defensivo es evidente, sello de identidad de Marcelino. El año 2019 ha traído un Valencia completamente diferente a nivel de resultados y de confianza. Dieciséis partidos sin conocer la derrota no se logran por casualidad. Es cierto que la victoria cosechada ayer pudo tener un final diferente, pero también hay que saber sufrir en este tipo de escenarios y el Valencia lo hizo.
A tres puntos del Getafe y con el gol average ganado, a uno del Alavés -que tiene que visitar Mestalla- e igualados con el Sevilla, el Valencia tiene todavía margen para conquistar el objetivo fijado a principio de temporada. Los encuentros de esta semana ante el Real Madrid y Rayo Vallecano serán claves para determinar las aspiraciones de un equipo que tiene posibilidades de firmar una temporada histórica, aunque todavía queda mucho por definir.
En cuanto al partido, el Valencia ofreció dos versiones en cada tiempo. El primero fue uno de los más completos del curso. Los de Marcelino se hicieron con el control tras despegarse del acoso sevillista en los dos primeros minutos. Con las asociaciones de Parejo, Kondogbia y Carlos Soler, el Valencia empezó a encontrar el camino para hacer daño al Sevilla. De hecho, el canterano trazó una jugada sensacional. Tiró hasta dos caños a Wober y Carriço, pero su centró al segundo palo no encontró rematador en lo que hubiera sido uno de los goles de la jornada. El canterano también envió un pase en profundidad a Gameiro, que no pudo resolver ante Javi Díaz. Fueron los mejores minutos del Valencia en el partido, que perdonó demasiadas ocasiones hasta que Parejo puso el 0-1 desde los once metros.
La segunda parte el guión varió considerablemente. Caparrós arriesgó y dio entrada a Franco Vázquez por Amadou y mandó a Banega al centro. El Sevilla se apoderó del partido y el Valencia se arremangó dispuesto a sufrir. Y lo consiguió. Gameiro acarició el 0-2, pero se topó con el larguero. El Sevilla achuchó hasta el final y el Valencia volvió a demostrar su solidez defensivo con un Kondogbia estelar para amarrar los tres puntos en lo que fue un golpe encima de la mesa. La siguiente parada es en Mestalla este miércoles contra el Real Madrid. Casi nada.