VALÈNCIA. Un arranque para preocuparse. Es cierto que queda mucho, pero el tercer empate en cuatro partidos, sin conocer la victoria y tres puntos de doce posibles hacen evidente que las sensaciones en el Valencia dan síntomas para inquietarse. Un equipo previsible, nervioso y agobiado por los resultados anteriores, está provocando que los de Marcelino no ofrecieran ayer su mejor nivel en Mestalla contra el Real Betis.
Fue un partido en el que pasaron pocas en las áreas. El Betis comenzó mejor, jugaba con los nervios de un Valencia que cuajó una mala actuación en los primeros veinticinco minutos. Muy lejos de su mejor nivel. Marcelino modificó el planteamiento y adelantó la línea de presión a campo rival. Su decisión dio un vuelco al partido. Los locales empezaron a sentirse mejor y pudieron llevarse el partido en el segundo acto.
Aún así, la realidad es ineludible. El inicio del Valencia genera dudas. Los futbolistas no se encuentran en su mejor grado de confianza y los errores por precipitación acaban desesperando a Marcelino en la banda. El equipo está acusando la ansiedad por ganar, los deberes no se hicieron en Cornellà y en el Ciutat de València tras el empate inaugural ante el Atlético y la carga pesa en los hombros de los pupilos de Marcelino.
Respecto al partido, el Valencia tuvo la primera oportunidad. Fue en los pies de Gameiro. El francés está desplegando buenos desmarques y movimientos de punta, pero no termina de culminar sus acciones. Combinó con Cheryshev y remató el centro del ruso a las manos de Pau López. Las peores noticias para los locales llegaron a los doce minutos. Geoffrey Kondogbia se resintió de su lesión de tobillo y tenía que ser sustituido por Daniel Wass.
La mejor ocasión del primer tiempo fue para el Betis. Boudebouz trazó un pase magistral a Inui. El japonés dribló a Jaume y cuando remató a puerta vacía, apareció providencial Piccini para sacar el esférico sobre la línea y mantener el empate. Corrigió a tiempo su error el lateral italiano, que no había seguido la marca a Inui. Poco más antes del descanso.
En la segunda parte se vio un Valencia más espabilado. Dio un pase adelante y llegaron los mejores minutos robando el balón en campo contrario. Parejo rozó lo que hubiera sido un golazo. Rodrigo asistió con una ‘cuchara’ al capitán que empalmó de primeras y con la izquierda. Solo el larguero evitó una jugada de ensueño.
En el tramo final, lo más destacado fue el regreso de Gonçalo Guedes. La velocidad y electricidad del portugués es necesaria para el Valencia que tiene que afrontar hasta siete partidos en los próximos 23 días. Próxima parada en Mestalla contra la Juventus en lo que será el retorno de los valencianistas a la Champions League.