VALÈNCIA. Situación crítica. Después de cinco partidos sin conocer la victoria, el Valencia va dando pasos hacia adelante a un ritmo muy lento. Ante la necesidad de ganar, Marcelino al igual que Calleja, optaron por no cometer errores. Fue un derbi bastante temeroso, con dos equipos más pendientes en no perder que en sumar tres puntos y todo eso derivó en un encuentro predominantemente feo.
La primera parte fue lo que se puede calificar como un 'tostón'. No se generaron ocasiones de gol, a excepción de una buena jugada que Bacca desaprovechó inexplicablemente fuera del área. El resto, un disparo desviado de Cheryshev y un cabezazo alto de Álvaro cerraron una primera parte para olvidar. Las defensas fueron las grandes fortalecidas de un encuentro más táctico que emocional.
La segunda parte no dejó espacio para un guión más abierto o entretenido. Marcelino dio entrada a Batshuayi y Guedes para dar más frescura al ataque. Sin éxito. El partido estaba atascado. En el minuto 58, fue Parejo el que desbloqueó el partido de forma negativa para su equipo. Llegó tarde en una disputa con Funes Mori y derribó al jugador del Villarreal. Jaime Latre le mostró la tarjeta roja y dejaba al Valencia con inferioridad. Una decisión bastante rigurosa que agitó los nervios de Marcelino. El técnico asturiano se dirigió al cuarto árbitro y también acabó expulsado.
Se vaticinaba un final de partido angustioso para el Valencia, pero no fue así. La expulsión de Parejo precipitó un bendito regreso: el de Francis Coquelin. El centrocampista francés es sin duda, la mejor noticia del partido de ayer. Entró al campo seis meses después de su lesión y no se notó su inactividad. Al contrario. Se ubicó en el doble pivote junto a Carlos Soler e impartió una clase de lo que debe hacer tácticamente un mediocentro. Con él, los de Marcelino mejoraron e incluso coquetearon con la victoria. El Valencia se encerró atrás, no concedió ocasiones al Villarreal y se permitió el lujo de tantear a Sergio Asenjo. El primero fue Guedes con un potente disparo desde la frontal y posteriormente Cheryshev con otro tiro lejano. El Valencia se dedicó a defender y emplear más el juego directo. Mención especial merece la labor desplegaba en este sentido por Michy Batshuayi. El belga ofreció soluciones y lució su notable juego de espaldas.
Finalmente, el marcador no se movió y el punto deja un sabor agridulce en el cuadro blanquinegro. Cinco jornadas después y con cuatro puntos de quince posibles, el Valencia ha entrado en una situación crítica. El objetivo europeo no espera y la obligación de ganar al Celta el próximo miércoles es ineludible. No se puede fallar más.