VALÈNCIA.
Quedan pocas horas para poder disfrutar de uno de esos encuentros siempre apasionantes entre dos equipos que necesitan la victoria para afianzarse en sus objetivos y volver a coger el ritmo a la competición. Los dos equipos recuperan efectivos y sobre todo el Valencia disfrutará de su once de gala prácticamente salvo la baja de Alderete por sanción que será suplida por un Diakhaby que tendrá una difícil papeleta ante un Barcelona que le va a exigir al límite. El francés tiene la oportunidad de demostrarle a Bordalás que tiene un nuevo soldado para su ejército. Bordalás tiene otras opciones pero pensamos que sería un golpe demasiado duro para Diakhaby no ser el elegido. La vuelta o la posibilidad de utilizar a Soler, Gayá, Correia y seguramente Cheryshev dan un plus al Valencia. El Barcelona no está bien pero puede resucitar en cualquier momento. No le demos esa oportunidad e intentemos aprovechar su nerviosismo y sus dudas. No tienen ya al comodín de Messi, que tantas veces les ha salvado cuando no tenían un partido encarrilado.
La selección de Luis Enrique realizó un gran partido ante Francia. Ha devuelto la ilusión a los escépticos con el combinado español y sólo una muy discutible decisión arbitral privó al combinado español de un mejor resultado. El empate galo vino demasiado pronto tras el gol de Oyarzabal pero buscaron la igualada hasta el final y vendieron muy cara la derrota. La aparición de nuevos valores da un soplo de frescura a una selección que puede dar muchas alegrías a los aficionados. Esa mezcla de veteranía y juventud funciona y la calidad de los jugadores se impone en muchas ocasiones al poderío físico de otras escuadras. Busques, Azpilicueta, Koke, Yeremi Pino o Gavi son claros exponentes de esa combinación exitosa.
Llevamos pocas jornadas y ya se están oyendo posibles fichajes, intercambios de jugadores, jugadores del filial que pronto van a dar el salto al primer equipo. No sabemos si son realidades o globos sonda. Las direcciones deportivas de un club de fútbol no descansan y siempre tratan de buscar las mejores opciones para sus equipos. Que esas opciones recalen o no en el club es harina de otro costal. Al final siempre hay alguien que debe poner el dedo pulgar hacia arriba o hacia abajo para tomar la decisión definitiva. El plano económico también prima mucho para el desenlace final. En estos tiempos ya casi todos los clubs de fútbol tienen accionistas que poco o nada se enteran de las decisiones que van tomando en el día a día los administradores. Aunque la última palabra la tiene casi siempre el máximo accionista de la sociedad. Anteriormente las directivas de los clubs las formaban entre 8 o 12 personas presididas por un presidente. El presidente siempre tenía uno o dos hombres de máxima confianza a los que transmitía los avatares más relevantes en la dinámica del club. Los demás se enteraban de las decisiones más o menos cuando ya se habían producido. Eso producía cierto enojo en alguno de ellos. No podían adelantar esas noticias ni a su familia, ni a sus amigos, ni a periodistas cercanos. Os voy a contar una anécdota. Hace bastantes años en una época de renovación de plantilla en el Valencia tras unas pobres temporadas un periódico local tituló "Criba en el Valencia". Se refería a que iban a haber bajas y cambios en el equipo para tratar de enderezar el rumbo la próxima temporada. El dirigente confuso cuando vio el titular en el periódico entró en cólera. Por la noche había consejo de administración y al entrar en la sala les dijo a sus compañeros de junta ¿Cómo se ha fichado a ese brasileño (Criba) sin haber dicho nada a los directivos? Los compañeros de junta le hicieron ver su confusión y todo quedó apaciguado. Hubo criba pero ningún brasileño aterrizó en Manises.