VALÈNCIA. El Valencia vuelve al infierno. El equipo de Rubén Baraja cayó en Almería en un partido clave por la permanencia, y regresa a los puestos de descenso. Le adelanta el rival hoy más directo en la carrera por sacar la cabeza por el respiradero, y eso que el encuentro empezó con la balanza decantada a su favor. El ímpetu inicial del club de Mestalla encerró en primera instancia a los de Rubi, pero el temblor del equipo en la segunda mitad fue determinante para que el cuadro indálico avanzase hacia al victoria. Más contundente y certero, el Almería golpeó por medio de Melero y Babic, y a pesar de que Castillejo recortó distancias todavía con media hora de juego por delante, el Valencia no fue capaz de voltear el crono y echar el freno a una caída rodada hacia un pozo con fondo desconocido.
Y es que los che arrancaron con furia, volcándose sobre los dominios de un Fernando exigido, primero, por un cañonazo escorado de Kluivert, y después por otro de Gayà en una de sus excursiones a línea de fondo por la zurda. La energía inicial de los de Baraja acabó por dejar unos espacios en la trasera que a punto estuvo de aprovechar Arnau Puigmal: el joven interior catalán fue arrollado por Foulquier cuando ya amagaba ante Diakhaby como último hombre a la contra. Rubi pidió roja, los banquillos estallaron en un manojo de nervios y el Valencia continuó viviendo en territorio contrario. Todo, condensado en un primer cuarto de hora de mucho ritmo y en que los valencianistas, con Cavani en el banco, apretaron arriba desde el primer segundo.
Eso sí, el Almería, contestón, encontró una más clara a la media hora. La combinación entre Chumi y Puigmal descosió el flanco izquierdo y el disparo final del lateral topó esta vez con la bota de Diakhaby, prácticamente sobre la línea, para solventar un remate franco de Luis Suárez, que llegaba en carrera. Una carrera casi tan eléctrica como la que protagonizó Kluivert para encarar a Fernando y, solo en el cara a cara, picar por encima del meta. El balón elevado del '9' no fue con la suficiente fuerza como para impedir a Babic llegar a tiempo y liquidar la ocasión, pero el Valencia pidió penalti anterior a la definición del holandés. Fernando había contactado con el tobillo de Kluivert, pero ni Sánchez Martínez ni la sala VOR vieron condenable la fricción.
No por culpa de esa acción, sino por un amago posterior que pinchó su isquio izquierdo, Justin hubo de decir adiós a la cita. Era la peor noticia para Rubén Baraja: la tarde había acabado para su mayor amenaza y quién sabe si también lo que resta de mes. Para colmo, también cayó Nico -otra vez por culpa de su tobillo- tras una desafortunada acción con Luis Suárez en el segundo tiempo. Y justo cuando el centrocampista estaba siendo atendido en la banda y el Valencia caminaba con diez hombres, Melero aprovechó su agujero para romper por derecha y cruzar con certeza ante Mamardashvili. Primeros compases de la segunda parte y el Almería, por delante en el marcador. El tembleque valencianista tras verse azotado por el jarro frío del tanto indálico puso a trabajar otra vez al meta georgiano con una mano tremenda. La tarde se había nublado... todavía más.
A los cincuenta minutos de contienda, la situación era la siguiente: el Valencia estaba otra vez sumergido en plazas de descenso y a Baraja solo le quedaba una ventana de cambios para darle una vuelta al equipo después de haber usado dos cartuchos por las lesiones de sus mejores balas. Y en el 57, por si las convulsiones no fueran suficientes, Babic estiró la angustia. El central serbio sobrevoló la defensa valencianista y se sirvió de la dubitativa salida de Mamardashvili para anotar el segundo de cabeza, al segundo palo. La autopista al infierno parecía no tener frenos para el combinado de Mestalla, que al primer contratiempo estaba derritiéndose en el plato.
Sea como fuere, ni el propio Valencia se había recompuesto de la bofetada, ni el Almería destacaba por un férreo orden defensivo. Con ese panorama, de repente apareció Castillejo para recoger un rechace de Ely en el balcón del área y recortar diferencias. El encuentro se había vuelto loco y los blanquinegros habían encontrado, al menos, un ligero soplo de aire fresco en medio de una cuesta abajo sin freno. Y para surcar tales mares, Baraja y Marchena eligieron a Cavani. Era el momento de Edinson y el uruguayo contactó con su primera bola diez minutos después de ingresar: un remate peinado en una zona demasiado lejana como para sorprender a Fernando. Cavani no estaba resolviendo al delicada ecuación de un Valencia que volvía a someter a su rival, sin desarbolarlo. Ni mucho menos.
Sí tuvo una clara Hugo Duro. A remate de un caramelo de Gayà, el madrileño fronteó el servicio de cara, pero lo envió poco por encima del marco de Fernando. Era, más allá del gol de Castillejo, la más clara de la que había dispuesto el conjunto valenciano en el segundo acto. Ya asomaba el descuento y, lejos del reclamo de un penalti a Hugo Duro saldado con falta en ataque, los de Baraha no dieron para más. El pozo no tiene fondo, otra final por la permanencia se marcha por la borda y el Valencia, otra jornada en la zona roja.
Ficha técnica:
UD Almería: Fernando, Chumi, Ely, Babic, Centelles, Samu Costa, Robertone, Melero (De la Hoz, m. 77), Puigmal (Pozo, m. 65), Baptistao (Ramazani, m. 77), Luis Suárez
Valencia CF: Mamardashvili; Foulquier, Diakhaby, Özkacar, Gayà, Nico (Guillamón, m. 50), Almeida, Castillejo (Yunus, m. 72), Lino (Cavani, m. 72), Kluivert (Fran Pérez, m. 40), Hugo Duro
Goles: Melero (1-0, m. 49); Babic (2-0, m. 58); Castillejo (2-1, m. 60)
Tarjetas: Foulquier (m. 6), Fran Pérez (m. 86) por el Valencia; Chumi (m. 19), Luis Suárez (m. 22), Robertone (m. 41) por el Almería