VIENA (EFE/Javier Villanueva). La selección española de balonmano no cayó en la especulación y concluyó la segunda fase como primera de grupo, por lo que se medirá el próximo viernes en las semifinales con el perdedor del duelo entre Noruega y Eslovenia, tras empatar este miércoles 22-22 con Croacia.
Un agónico empate que nadie podía prever tras los seis goles de ventaja (13-19) con los que llegó a contar en el arranque de la segunda mitad.
Pero cuando todo parecía más favorable para España, los de Jordi Ribera, condicionados por el arbitraje, se colapsaron en ataque, encadenando hasta once minutos sin marcar, lo que permitió a Croacia situarse por delante en el marcador (22-21) a dos minutos para la conclusión.
Un tiempo en el que España, consciente de que la igualada le valía para sellar la primera plaza, tiró de oficio para sumar un empate en un encuentro en el que nunca entró en especulaciones y salió desde el principio a ganar.
Eso sí, sin renunciar a su política de rotaciones, tal y como había dejado claro ya en la previa el seleccionador español, que dio entrada de inicio a jugadores como el central Dani Sarmiento o el pivote Adrià Figueras.
Pero lo que no cambió fue la filosofía del equipo español, que siguió fiel a su elaborado estilo de juego, en el que nadie duda nunca en dar un pase más hasta encontrar al compañero mejor situado para el gol.
Lo confirmaron los cinco jugadores distintos que anotaron para el conjunto español en los primeros quince minutos de juego.
Todo lo contrario que en el equipo balcánico, en el que el central Igor Karacic, que firmó seis de los once goles que anotó Croacia en la primera mitad, monopolizó por completo el ataque de los de Lino Cervar.
España no encontró antídoto a los movimientos de Karacic, que causó estragos en la zaga española con sus circulaciones de izquierda a derecha, hasta que pasó de la defensa 6-0 con la que arrancó la contienda a un más agresivo sistema 5-1.
Un cambio que no se produjo hasta bien superado el ecuador del primer tiempo, cuando los "Hispanos" se encontraban con una desventaja de dos tantos en el marcador (8-6), fruto más de las exclusiones con las que fueron castigados que del buen juego croata.
El panorama cambió por completo con la presencia de Alex Dujshebaev en el puesto de avanzado, desde donde impidió las trayectorias de Karacic y provocó numerosas pérdidas de balón de los balcánicos.
Era el combustible que necesitaba España para iniciar una remontada que permitió a los de Jordi Ribera marcharse al descanso por delante en el tanteador (11-12) con un postrero gol de Julen Aginagalde, el noveno jugador distinto por parte de la selección española que marcó en la primera mitad.
Ese dato corroboró la amplitud de recursos del conjunto español, frente a los más limitados de Croacia, máxime si, como ocurrió este miércoles, los balcánicos no pueden contar con Luka Cindric, que, renqueante, ni tan siquiera llegó a salir del banquillo.
Limitaciones que quedaron claras en el arranque de la segunda mitad, cuando España dotó de un punto más de intensidad a su defensa.
Una circunstancia que propició el despegue del conjunto español, que, en un visto y no visto, liderado por un espectacular Alex Dujshebaev tanto en ataque como en defensa, se situó a los diez minutos del segundo tiempo con una ventaja de seis goles (13-19).
Pero si hay una regla invariable en el balonmano es que nunca se puede dar por muerta a Croacia, y más si, como en este caso, los colegiados ponen de su parte.
No pareció gustarle mucho a los lituanos Gatelis y Mazeika que el partido se resolviese tan pronto, una circunstancia que decidieron corregir con un desigual criterio a la hora de sancionar el juego pasivo.
Así, mientras los ataques de Croacia se podían prolongar, los de España apenas podían durar unos segundos, lo que propició el colapso ofensivo del conjunto español, que encadenó hasta once minutos sin ver portería.
No lo desaprovechó el equipo balcánico, espoleado por los miles de aficionados croatas que llenaban las gradas, para dar la vuelta a la contienda a dos minutos para la conclusión (22-21) con un parcial de 6-0.
España logró, por fin, romper esa sequía con un gol de penalti de Aleix Gómez que dejó a Croacia con la última posesión para ganar y lograr la primera plaza de grupo.
Pero los balcánicos, pese a atacar con siete jugadores, no supieron aprovechar su última oportunidad y vieron cómo el lanzamiento final de Domagoh Duvnjak se estrelló en un poste.
Ficha técnica:
Croacia: Sego; Horvat (2, 1p), Stepancic (2), Mamic (2), Duvnjak (2, 1p), Mandic (-) y Karacic (10) -equipo inicial- Asanin (ps), Maric (-), Hrstic (-), Sarac (-), Musa (-), Cindric (-), Brozovic (1), Matanovic (-) y Sipic (3).
España: Corrales; Solé (2), Maqueda (1), Sarmiento (1), Cañellas (-), Ariño (2) y Figueras (1) -equipo inicial- Pérez de Vargas (ps), Raúl Entrerríos (4), Alex Dujshebaev (6), Aginagalde (1), Goñi (-), Morros (-), Aleix Gómez (4, 2p), Gedeón Guardiola (-) y Dani Dujshebaev (-).
Marcador cada cinco minutos: 2-3, 5-5, 6-5, 8-6, 10-8 y 11-12 (Descanso); 11-15, 13-19, 14-20, 18-21, 21-21 y 22-22 (Final).
Árbitros: Gatelis y Mazeika (LTU). Excluyeron dos minutos a Musa, Duvnjak, Mandic y Brozovic, por Croacia; y a Cañellas, Solé (2), Ariño y Morros, por España.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la cuarta y última jornada del grupo I de la segunda fase del Europeo de Suecia, Austria y Noruega disputado en el Stadthalle de Viena ante unos 7.500 espectadores.