La selección norteamericana logra la victoria con sendos goles de penalti, materializados por Rapinoe, y elimina a las españolas en octavos del Mundial
Acabó el camino de España en el Mundial de fútbol de Francia en octavos de final. Le cerró el paso Estados Unidos, vigentes campeonas del Mundo. Claudicaron las españolas. Lo hicieron tras un primer tiempo en el que mandó con claridad el combinado norteamericano y un segundo en el que proyectaron más intensidad y se decidieron a guerrear más y respetar menos. Orgullo. Estados Unidos, que tuvo por momentos buenos caudales de posesión y de generación de ocasiones, sin embargo se impuso fruto de dos penaltis (uno en cada acto con VAR incluido), cristalizados tras los lanzamientos de Rapinoe. El gol de España lo hizo Jennifer Hermoso; eso sí, la génesis estuvo en el descaro de Lucía García.
Cuando Katalin Kulcsar hizo sonar su silbato para mandar a las jugadoras al vestuario para el receso, el resultado decía que el negociado iba empate a un gol. A los seis minutos, Ertz abrió en largo y diagonal hacia la derecha, recibió Huth, desbordó, ingresó en el área española y fue derribada por María León. El penalti lo materializó Rapinoe, mandando el balón raso y ajustado al palo derecho de Sandra Paños, que se fue a su izquierda. Al poco, la meta norteamericana Naeher jugó en corto (elección errática) con la central Sauebrunn, que perdió el balón ante la presión de Lucía García, que cedió a Jennifer Hermoso y ésta mandó el balón hacia el palo izquierdo de Naeher para igualar.
Claro, eso fueron los goles del primer tiempo, lo que mostró el marcador al descanso. El relato de ese acto, sin embargo, fue en todo caso una buena muestra del fútbol de Estados Unidos. Buen orden táctico defensivo. Capacidad para sacar el balón desde atrás y, al tiempo, cuando no pudo, para proyectar transiciones rápidas. Un nervio competitivo mayúsculo en el centro del campo, controlado en todo momento respecto a España. Velocidad. Profundidad. Y fondo de sobra para cambiar los ritmos. Ni qué decir para generar aproximaciones al área de Paños, que salvó las que llevaron peligro (siete por parte de las estadounidenses y dos por las españolas). Y el caudal ofensivo estadounidense fue notable. Lavelle, Mewis, Rapinoe o Heath fueron los nombres del primer acto.
Y el de España fue Lucía García. Su chispa, nervio y velocidad, además de valentía, le dio para generar unas cuantas buenas presiones, un buen careo con Dunn y los puntos de peligro de las españolas en un primer acto sin mucho más. El balón en posesión fue de Estados Unidos (bordeó el 60%). Y España, como preferentemente está trabajada para jugar con balón, sufrió sin él. Pero es que fue de las norteamericanas. Un momento de respiro camino de la media hora, por cierto cuando Losada tuvo que ser sustituida por un golpe en el ojo que había recibido casi al principio del partido, y las puntas incisivas de Lucía fueron lo potable de las españolas en lo ofensivo. El resto mandó Estados Unidos.
El rango de mando norteamericano no fue tanto cuando el fútbol se reanudó en el estadio Auguste-Delaune. Mejoró España en intensidad, pero sobre todo en que el caudal de respeto a las rivales no fue tanto como el que también pudo encorsetar a las de Vilda (a excepción de Lucía) en el primer acto. Y eso dio para que España se alejase de su área y de su sector de campo, para que se viera pisando el espacio norteamericano, incluso para que Estados Unidos no lo viera claro durante mucho minutos. El buen desgaste, además, llevó a un par de remates de Lucía y de Patri Guijarro. No es que las futbolistas de Jill Ellis se vieran apabulladas, pero sí incómodas. Lavelles o Mewis buscaron opciones para asustar a España. Pero eso llegó a en el setenta con otro penalti, con revisión del VAR, para las vigentes campeonas del mundo. Aún así controvertido. Rapinoe volvió a marcar, si bien Paños en esta ocasión sí se fue al palo bueno (el mismo del primer acto).
El castigo, respecto a la propuesta de España en el segundo tiempo, era injusto. Pero ya sabemos que este negociado no va de cuestiones justas o injustas. Eso es más de un rango moral. Las españolas mantuvieron el orgullo y las ganas. Y no era para menos, pues por lo pronto la renta norteamericana era mínima. ¿Por qué no sorprender? Mejor vaciarse, salir extenuadas, apurar a las estadounidenses. Arriesgar y ya se vería si había premio o las americanas sentenciaban, unido también al bagaje físico de las de Ellis. Entre el VAR y los cambios la prolongación se fue a los siete minutos. El empeño español lo secó Estados Unidos, que pasó a cuartos de final para medirse con Francia.
España: Sandra Paños; Corredera, Paredes, María León, Leila; Patri Guijarro, Virginia (Mariona, m.83), Losada (Nahikari, m.32); Lucía García, Alexia (Andrea Falcón, m.78) y Jennifer Hermoso.
Estados Unidos: Naeher; O'Hara, Dahlkemper, Sauebrunn, Dunn; Lavelle (Horan, m.89), Ertz, Mewis; Alex Morgan (Carli Lloyd, m.85), Rapinoe (Press, m.90+6) y Heath.
Goles: 0-1, min.6: Rapinoe, de penalti. 1-1, min.9: Jennifer Hermoso. 1-2, min. 75, Rapinoe, de penalti.
Árbitro: Katalin Kulcsar (HUN). Amonestó a Rapinoe por Estados Unidos, y a Paredes por España.
Incidencias: Estadio Auguste-Delaune (Francia). Octavos de final del campeonato del Mundo de Francia 2019 de fútbol.