VALÈNCIA. El Levante ya está en la final del play-off por el ascenso. Subido en el motor de Brugui, el conjunto de Javi Calleja voló a la última nube antes de tocar su cielo particular. Marcador redondo, sin titutubeos ni clemencia pese al resultado de la ida, y con una imagen difícil de mejorar de cara al próximo desafío en tierras vascas. El delantero de Bàscara anotó los dos primeros, con clase, con brío y con su carácter pillo que cogió al Albacete mal parado. Los de Rubén Albés apretaron, pero no lo sufuciente para poner en entredicho el pase granota en ningún momento. Soldado redondéo en la recta final y ya solo queda una parada.
Dos películas diferentes. Si el inicio del Levante en el Belmonte fue una de terror, más fantasía y efectos especiales llevaba el guion del arranque en Orriols. Como si la eliminatoria no estuviese ya en la mano, el combinado granota fue a impedir que el rival saltara lanzado y adelantase líneas. Bien plantado, el equipo de Calleja aún tuvo que saber sufrir en el primer cuarto de hora, pero tiró -otra vez- de la superioridad individual de sus piezas para abofetear al Albacete en el momento preciso: cuando los de Albés estuvieron a punto de hacer el primero, el de la esperanza tempranera. Primero Higinio buscó la escuadra, pero Postigo despejó antes de que la sangre llegara a Femenías, aunque iba a olerla de todas formas. Porque en el retruque, un disparo de Dubasin sí sobrepasó el guante del balear para que Pubill sacara heroica y literalmente bajo los palos. Y en ese rechace... salida en tromba. De Frutos cabalgó y sirvó caviar a un Brugui acariciado por una varita. Y así, acariciando el cuero, el de Bàscara venció en el mano a mano con Bernabé.
Veinte minutos de cita y el pase estaba todavía más de cara. Así que el Levante se puso juguetón. A tocar y a hacer correr a los manchegos que, sin padecer, ya sudaban la gota gorda. El partido se hace largo cuando uno necesita vértigo y no lo encuentra. Y en esas, un grave error de entendentimiento entre el meta albacetista y su zaga acabó con un pelotazo sin sentido que Iborra ganó en el círculo central y pilló a todo el mundo en ropa interior. Boyomo y Olaetxea se hicieron un lío y Brugui apareció otra vez con su conejo y su chistera. Se coló en la fiesta de las dudas del Albacete e hizo el segundo para acabar de amarrar el asunto, por si alguno vacilaba. Si con el primer tanto el rival simplemente había de adelantar el reloj para consumar su intrépida remontada, ahora su losa era tremenda.
Más aún a tenor del ritmo plácido con el que arrancó la segunda mitad. Le interesaba al cuadro de Orriols siempre y cuando no descuidara los arrebatos de rebeldía queseros. Por si las moscas. Álvaro Rodríguez, uno de los que más problemas dio en la ida, enchufó otra vez la alarma del Levante: un Albacete que empezó a pisar área, una concatenación de rebotes y un chut del lateral que tuvo que sacar, otra vez, Marc Pubill de la misma línea. El caso es que en ese momento corría la hora de juego y cada minuto era un ladrillo más sobre las esperanzas del rival. A eso jugó el elenco de Calleja y lo hizo casi perfecto. Se arropó bien en casa y salió de ella a la contra cuando avistó el espacio. Montiel probó en una de esas acciones, pero su disparo se marchó alto. Y el Alba contestó por medio de Escriche con el mismo resultado.
El Albacete se estiró, eso sí. Quiso mostrar pundonor para despedirse de la pelea por la gloria. Probó Maikel Mesa; lo intentó Bolivar. Dos ocasiones claras que hubieran cogido al Ciutat en un puño de no ser por que la eliminatoria ya estaba decantada. El venezolano del conjunto blanco entró activo y volvió a poner a trabajar a Femenías justo antes de que Soldado cerrase el círculo. Marcador redondo. El valenciano quedó solo cuando Wesley ganó, con mucho poderío, una pelota caída del cielo ante Álvaro Rodríguez. El brasileño se dio la vuelta, vio a Soldado sin nadie a kilómetros a la redonda, y cedió en horizontal para que el '9' hiciese lo suyo. Lo que parecía que se le había olvidado: marcar. No lo hacía desde noviembre. Y con el tercero, a volar.
La ola en la grada y los recuerdos en los banquillos, porque algo de Albés debió sentar mal a algunos jugadores del Levante más allá de la polémica de la previa. Algún careo tímido en medio de la alegría que no taponó la superioridad granota, a los puntos y en el cómputo global de la eliminatoria. Vitoria o Eibar; Mendizorrotza o Ipurúa. Resta un asalto y la imagen del conjunto de Calleja no puede ser más alentadora en el momento más propicio.
Ficha técnica:
Levante UD: Femenías, Pubill, Postigo, Róber Pier (Vezo, m. 45) Álex Muñoz (Saracchi, m. 77), Pepelu, Iborra, De Frutos (Soldado, m. 77), Brugui (Son, m. 62), Joni, Bouldini (Wesley, m. 57)
Albacete: Bernabé; Álvaro Rodríguez, Djetei, Boyomo (Ros, m. 45), Glauder (Alonso, m. 45); Riki, Olaetxea (Mesa, m. 71), Dubasin (Bolivar, m. 71), Fuster, Escriche, Higinio (Juanma, m. 45)
Goles: Brugui (1-0, m. 19), Brugui (2-0, m. 39), Soldado (3-0, m. 83)
Tarjetas: Escriche (m. 27), Riki (m. 53) por el Albacete; Vezo (m. 75) por el Levante