VALÈNCIA. Espí ahogó al Eldense. El jovencísimo delantero de la cantera del Levante derribó el muro de los alicantinos en la recta final de un encuentro en Orriols que se había convertido en una batalla de ira. Y es que el equipo de Dani Ponz quedó con nueve futbolistas al descanso por las expulsiones de Ortuño y Timor. El primero, por una entrada en que, aunque pareció tocar balón, acabó aterizando sobre el tobillo de Carlos Álvarez; el segundo, por un careo con el colegiado al final de la primera parte, superado por el cólera de la roja de su capitán. Antes, el Eldense había conseguido ponerse por delante en inferioridad gracias a Iván Chapela, pero Pablo Martínez devolvió el empate con un golazo desde la lejanía. La segunda parte fue un derroche de resistencia visitante. Una resistencia rota, sofocada por un oportuno Carlos Espí. Ya con el rival en la lona, el Levante redondeó su victoria de prestigio con un tanto 'maradoniano' de Álvarez.
Hubo poco fútbol en el primer acto. El Eldense propuso una intensidad que, rápidamente, hubo de igualar un Levante que aglutinó la práctica totalidad de las ocasiones. Pampín probó en un lanzamiento cruzado en los primeros compases y Pablo Martínez tuvo la más clara tras un balón que Brugui le dejó atrás, con el madrileño libre de marca. Armó la pierna en una baldosa y el disparo, que parecía colarse irremediablemente a la derecha de la meta de Mackay, encontró la manopla del portero gallego, estelar en el chut prácticamente a bocajarro. Sin embargo, la redonda no iba a ser protagonista del antes y después del encuentro. Una roja a Sergio Ortuño, revisada en pantalla por Palencia Caballero, dejó a los visitantes con 10 antes de que Chapela abriese la contienda. De repente, se abrió el encuentro.
Y es que, con la polémica de la expulsión en el ambiente y la rabia del capitán del conjunto alicantino retumbando en el túnel de vestuarios -Ortuño tocó pelota pero resbaló sobre el tobillo de Carlos Álvarez-, el Eldense se puso por delante. Tras un rechace en un balón parado, donde se igualan las fuerzas, Marc Mateu la puso con música celestial y el delantero gaditano cabeceó inapelable prácticamente en área pequeña. Fue Pampín quien perdió la marca de Chapela. En inferioridad numérica, el equipo de Ponz quiso amarrar el triunfo transitorio a las puertas del descanso, pero Pablo Martínez deshizo cualquier intención de fuerza eldense. Esta vez sí, recortó con clase y batió a Mckay a 30 metros, con rosca perfecta de derecha.
El golazo resucitó al propio Pablo y al Levante. Y también llenó el cupo de ira del Eldense, todavía con un enfado monumental generalizado por la expulsión de Ortuño. David Timor, que había intercambiado impresiones airadas con el trencilla antes del intermedio, también vio la cartulina roja camino de vestuarios tras otro careo peligroso. Tanto que, en esta ocasión, Palencia Caballero no dudó en borrar del partido al valenciano. A pesar de haberse sobrepuesto a los contratiempos en primera instancia, Dani Ponz, cariacontencido por el rocambolesco rumbo que había tomado la tarde, se marchó al descanso con un grueso problema.
El del Levante fue otro: derribar el muro del Eldense, que tuvo clara cuál era su tarea con dos hombres menos sobre el tapete. Los de Ponz se encerrarron, férreos en el orden, y los de Calero empezaron a darse cabezazos contra una pared blanca. Morales pudo resolver la cuestión por la vía rápida, pero el Comandante falló bajo palos, cuando metió la bota a un disparo potente de Brugui que parecía perderse por línea de fondo. Los levantinistas también pelearon contra la ansiedad y el deber, más evidente a cada minuto, de sacar tres puntos ante un rival tan dañado por las expulsiones.
Fue entonces cuando el técnico granota movió el avispero. Desdibujó su esquema habitual para dejar tres defensores en retaguardia, con Iborra pendiente de ayudas e Iván Romero, descansado, como dueño de todo el caril diestro. Pero el movimiento de efecto fue el de Carlos Espí. Calero echó de menos las características del jovencísimo delantero de la escuela y no le faltó razón. A poco que Pampín pudo zafarse de su marca y colgar balones de provecho a área, el gigante de 19 años metió la cabeza para brindar la victoria a los suyos. El derroche de poderío de Espí ante un Íñigo Piña pegado como un pívot bajo canasta, valió puntos. Porque tras su tanto, el Levante se sacudió la angustia.
Carlos Álvarez hizo el tercero a los 80 minutos, cuando el Eldense ya parecía entregar la cuchara. Con el trabajo hecho y no sin cierta zozobra -porque Andrés Fernández tuvo que bloquear dos acercamientos de los alicantinos-, el de Sanlúcar protagonizó una jugada 'maradoniana' para redondear el marcador e instaurar la tranquilidad definitiva en Orriols. Sorteó rivales en una diagonal desde la diestra y batió sin titubeos a Mackay, ya vendido. Y se acabó. Los catorce minutos restantes fueron un monólogo de un Levante que convirtió el final en un lógico asedio. Al Eldense le pesaron las piernas y los locales acabaron sonriendo y sumando once puntos de quince que le elevan en la tabla. Es anecdótico, pero el Ciutat vuelve a ver a su equipo en lo alto de la clasificiación de Segunda.
Ficha técnica:
Levante UD: Andrés Fernández, Andrés García (Kocho, m. 68), Elgezábal, Cabello, Pampín, Oriol Rey (Iborra, m. 55), Pablo Martínez, Lozano (Romero, m. 55), Carlos Álvarez, Brugui (Xavi Grande, m. 82), Morales (Espí, m. 68)
CD Eldense: Mackay, Fran Gámez, Dumic, Íñigo Piña, Marc Mateu (Víctor García, m. 74), Timor, Ortuño, Jorquera (Martos, m. 46), Cris Montes (Víctor Camarasa, m. 46), Chapela (Bernal, m. 62), Godoy (Quintana, m. 46)
Goles: Chapela (0-1, m. 41); Pablo Martínez (1-1, m. 44); Espí (2-1, m. 74), Carlos Álvarez (3-1, m. 80)
Tarjetas: Marc Mateu (m. 23), Godoy (m. 27), Ortuño (roja directa, m. 34), Mackay (m. 90+5), Timor (m. 50, roja directa al descanso), Íñigo Piña (m. 86) por el Eldense; Oriol Rey (m. 27) por el Levante