VALÈNCIA. El Valencia afronta a partir de la conclusión de la Liga, que cerró este sábado ante el Celta en Mestalla (2-0), su cuarto verano consecutivo con uno de sus principales focos en el banquillo, en esta ocasión con su técnico, José Bordalás, con contrato en vigor, pero inmerso en una compleja situación que deja abierta la posibilidad de que se produzca un relevo en el cargo.
Este "verano de la marmota" llega después de en 2019 Marcelino García Toral viviera una situación similar y de que en los dos años inmediatos el equipo acabara la Liga con Salvador González "Voro" en el banquillo tras la salida de Albert Celades, primero, y Javi Gracia, después.
Bordalás tiene una temporada más de contrato y aunque hace dos semana que aseguró que no tiene la idea de usar la cláusula de salida que tiene, ha exigido públicamente que las ventas de jugadores que debe acometer la entidad no debiliten la plantilla. Es decir, que los fichajes que lleguen las compensen.
Además, su relación con la directiva que encabeza Anil Murthy, que fue alabada por ambas partes el pasado verano, se ha resentido desde el pasado mercado de invierno, al no atender el club una de sus dos prioridades (la de fichar un mediocentro defensivo). Bordalás tenía que haber realizado en diciembre un viaje a Singapur para conocer a Lim que nunca se produjo y tampoco ha vuelto a celebrar una reunión telemática con el máximo accionista como se planteó al suspenderse el viaje.
La llegada de Bordalás hace ahora un año al banquillo del Valencia llegó tras acabar la pasada temporada el equipo dirigido por Voro González después de que fuera destituido Javi Gracia, que fue quien arrancó la campaña 2020-21.
La temporada 2019-20 empezó con Marcelino García Toral en el banquillo y acabó igualmente con Voro dirigiendo al equipo. En medio estuvo durante muchos meses al frente del equipo Albert Celades, que fue el designado para ocupar el puesto del asturiano tras su traumática destitución en septiembre, cuando apenas se habían disputado un par de partidos de Liga.
La campaña 2018-19 había acabado con un doble éxito deportivo incuestionable, la clasificación para la Liga de Campeones y la conquista de la Copa del Rey, pero durante el verano la entidad ya se planteó la salida de Marcelino por entender que no se ajustaba al proyecto que marcaba el máximo accionista Peter Lim.