GRUPO PLAZA

intrahistorias del portero de terrassa contadas por su hermano mayor y uno de sus primeros entrenadores en las categorías inferiores del levante

Dani Cárdenas: el niño nervioso y humilde que se convirtió en portero cuando nadie quiso

"A Dani le impresionó mucho escuchar a su padre llorar cuando nos contó que iba a ser titular", cuenta su hermano en Plazadeportiva.com

1/12/2020 - 

VALÈNCIA. Ya lo dijo él mismo al concluir el encuentro de Pucela: "Mi debut es la recompensa al trabajo de muchos años que uno espera que algún día le llegue". Dani Cárdenas llevaba tiempo esperando hacer realidad el sueño que cumplió en Valladolid. Es un tipo con la personalidad suficiente para afrontar tesituras tan tensas como la del pasado viernes, y la vida le ha llevado a potenciar un carácter fuerte y una fe visible en sí mismo. 

De familia humilde, Cárdenas empezó a jugar al fútbol en el equipo de su barrio por ser "un chico muy inquieto", cuenta su hermano Isi a Plazadeportiva.com: "Nos dijeron que le apuntáramos a algún deporte porque el chiquillo tenía mucha energía y tenía que gastarla, así que empecé a entrenarle yo en un grupo de niños más grandes que él", recuerda. Lo curioso es que aquel nervioso muchacho no empezó bajo los palos, sino que tuvo el aplomo, siendo prebenjamín, de ponerse los guantes cuando el portero del equipo padeció una capsulitis y le cogió miedo a la pelota. Isi eligió a su hermano porque nadie quería ser el nuevo meta: "Cuando se puso alucinamos todos. Parecía que llevaba toda la vida jugando, hacía como gestos de portero y decía que a él le parecía bien porque no tenía que correr... A los dos años vino el Espanyol a buscarlo".

"Dani no jugó en el espanyol con 9 años porque n'kono se había marchado a la copa áfrica y no pudo valorarlo" 

A los hermanos Cárdenas les separan 13 años de edad. Uno tiene 23 y el otro, con 36, sigue cuidando del pequeño como cuando bajaba con él a entrenar en su barrio de Terrassa. Isi recuerda como si fuese ayer cuando Dani fue a hacer las famosas pruebas con el Espanyol... pero nunca nadie llamó a su puerta: "Coincidió que N'Kono -coordinador de guardamentas en la escuela del club perico- se había marchado con Kameni a la Copa África, así que no pudo valorarlo". Fue el primero, pero no iba a ser su único contacto con los pericos. 

Dani, con nueve años, terminó aquel verano en el Natació Terrassa porque el entrenador se comprometió a ir a buscarlo a casa para llevarlo a entrenar: "En el barrio nos costaba un momento bajarlo, pero hasta la otra punta de Terrassa nos era imposible, mi padre y yo trabajábamos...", relata el hermano mayor del meta levantinista. No le hace falta tirar de demasiada memoria para recapitular: "En el segundo partido de esa temporada, vino el Barça a llevárselo". 

Una personalidad fuerte que viene de familia

Y es que el pequeño de los Cárdenas la rompió muy pronto en el Natació. Una mañana en ese inicio de curso, la que hoy es mujer de Isi se encargó de acercarlo a un partido en Manresa: "Me llamó para decirme: '¡No veas tu hermano!'. Yo me preocupé: '¿Qué le ha pasado?'". Dani había sido el mejor pese a la abultada derrota de los suyos: "No le marcaron ningún gol y, cuando el míster puso al otro portero en la segunda parte, le metieron ocho. Hasta los padres del rival se quedaron boquiabiertos". 

Isi asegura que, desde muy pequeño, su hermano desarrolló la fuerte personalidad que también caracteriza al resto de la familia: "Tiene mucho carácter pero es muy humilde; mucho nervio, pero luego es muy cariñoso", pondera antes de matizar: "Nosotros somos gente impulsiva pero de muy buen corazón. Damos todo lo que podemos por la gente que queremos. Él no quiere perder, se toma las cosas demasiado en serio y lo pasa mal. Pero luego, en momentos complicados, saca algo de dentro".

Fueron a Sant Joan Despí a dejar a Dani después de recibir una nueva llamada del Espanyol, que quiso incorporarlo en el último suspiro, pero la decisión estaba tomada. Más tarde sí que recaló en filas blanquiazules, antes de firmar en las categorías inferiores del Levante: "En el Espanyol eran tres porteros y él siempre decía que no se sentía a gusto. Teniendo 5 años de contrato y cobrando ya del fútbol, prefirió abandonar esa situación e ir a Valencia porque quería competir".

Un salto adelante

En sus primeros pasos en el Juvenil A del Levante, Dani Cárdenas se encontró con Igor Oca, que lo tuvo durante dos temporadas (la 14/15 y la 15/16), justo antes de debutar en Segunda B con el Atlético Levante de José Carlos Granero. "Tuvo una progresión muy rápida, de llegar un niño humilde a convertirse en un hombre en muy poco tiempo", recuerda el técnico, recién cerrada su última etapa en México, a Plazadeportiva.com.

Juntos vivieron una temporada de ensueño, en la que el equipo consiguió meterse en las semifinales de la Copa del Rey Juvenil, torneo en el que Dani Cárdenas tuvo un papel protagonista. En aquel campeonato, el Levante ganó al Sevilla -donde su homólogo bajo palos era el propio David Soria, portero actual del Getafe-, eliminó al Rayo Vallecano con una actuación memorable del de Terrassa -un Rayo con Fran Beltrán, Jony o Akieme en sus filas- y en simifinales cayó ante el Atlético de Madrid de Óscar Fernández, hoy entrenador del Valencia Mestalla.

El crecimento de Cárdenas ya era palpable. "Estaba en residencia y los que dormían en Buñol tenían que vivir el fútbol con más intensidad. Dani pudo ir subiendo categorías, entrenar con el filial y aprender de los compañeros", destaca Oca. Asegura que son dos las claves del catalán: la admiración por los demás y la paciencia. Quizá de ahí salieron las palabras que, nada más terminar su debut en Pucela, Cárdenas le dedicó a Aitor y Koke Vegas. La paciencia, además, ha llevado al meta a "dar un paso adelante, no tener prisa, cumplir su etapa sub-23 y que le llegara el premio de debutar con el primer equipo".

Dani Cárdenas en el Juvenil A de Igor Oca / Cristina Ripoll

De él, Igor Oca remarca su capacidad para dejarse ayudar, su buen manejo con los pies, su juego aéreo -aunque, advierte, es "algo que en el fútbol profesional se va complicando"- y su capacidad para manejarse en la línea, bajo reflejos, debajo de la portería. Sobre este último factor, el técnico se acuerda de la eliminatoria ante el Ibiza, de nuevo con Cárdenas como actor principal, en la que el Atlético Levante de Paco López consiguió el ascenso a Segunda B después de estar contra las cuerdas tanto en la eliminatoria como en la tanda de penaltis.

Su hermano también tiene muy vivo el recuerdo de aquellos penaltis en Buñol. El Ibiza lo tenía hecho y el lanzamiento que certificaba su victoria se fue a las nubes. Los dos siguientes -uno con ayuda del larguero- fueron detenidos por Dani Cárdenas. Rápidamente, Isi relaciona aquella vivencia con la que, varios años atrás, cuando jugaba en la Unió FB Jabac, protagonizó su hermano pequeño: "En una tanda, un compañero falló y se puso a llorar. Dani fue y le dijo que no se preocupara, que él iba a parar el siguiente... Y lo paró". Por eso Isi destaca de su hermano la fe y la confianza en sí mismo: "Si le dan cariño -que, asegura, lo tiene con creces en la familia granota-, no les va a fallar, les va a solucionar problemas y nunca se va a poner la medalla por ello". 

Los peores momentos de Dani Cárdenas

 "¡Dani, mira cómo están las áreas, ten cuidado!"

Casi un año después de ese ascenso a la categoría de bronce del fútbol español, Cárdenas se lesionó gravemente de la rodilla. Fue el 30 de marzo de 2019, dos días después de su cumpleaños, en un partido en Peralada. A Isi tampoco se le olvida, y no solo por el regalo o porque un radar le pasó una suculenta receta en el trayecto al estadio, sino porque el propio Luis García Tevenet predijo de alguna forma la lesión: "¡Dani, mira cómo están las áreas, ten cuidado!", exclamó, según cuenta su hermano, el entrenador del filial granota cuando el joven meta estaba saludando a sus familiares a la bajada del autobús. Pues bien, 33 minutos tardó en cumplirse el presagio. Dani, además, también tuvo una lesión importante como juvenil, pero Isi asegura que se recupera rápido, los médicos "dicen que sus ligamentos son súper flexibles".

Eso sí, el palo más duro no ha sido ninguno de aquellos contratiempos físicos. La rodilla dolió mucho menos que lo que hoy atraviesa la familia. Al empezar la pretemporada este pasado agosto, su padre sufrió un ictus del que aún se recupera y, por ahora, le deja sin habla y con dificultad de movimientos en la parte derecha de su cuerpo. Dani, Isi y los suyos pasaron un mes de mucha angustia en el que, a causa de los protocolos sanitarios por la Covid-19, no pudieron visitar a su padre en el hospital.

La mañana del pasado viernes, de hecho, fue muy emotiva para el portero del Levante y no solo por conocer su titularidad: "Nos llamó sobre las 11 para contarnos que Paco López le había dicho que iba a jugar esa noche. A mi hermano le impresionó mucho que a mi padre, sin poder hablar, se le escuchaba llorar por teléfono. Fue muy emotivo, no es fácil tener un hijo al que con 16 años sueltas a muchos kilómetros para hacer unas pruebas unos días y de repente pasan 7 años".

Mientras Aitor Fernández se recupera y su participación en el próximo choque es todavía una incógnita, no cesa la ilusión en los Cárdenas por ver al benjamín de la familia alguna tarde más bajo los palos del Ciutat. En cualquier caso, para ellos el agradecimiento al Levante es eterno: "Es una familia y ahí se siente querido. La gente del club, Quico Catalán, sus entrenadores... siempre nos han dado mucho cariño. No fue fácil dejarlo allí pero fue la mejor decisión", concluye Isi Cárdenas emocionado.

Noticias relacionadas

next

Conecta con nosotros

Valencia Plaza, desde cualquier medio

Suscríbete al boletín VP

Todos los días a primera hora en tu email