Del pasillo de campeón al desmantelamiento de un proyecto ganador

20/07/2020 - 

VALÈNCIA. El Valencia cierra el atípico curso 2019-2020 con sensaciones diametralmente opuestas entre inicio y final, después de abrir la temporada con un pasillo como campeón de la Copa del Rey y cerrarla fuera de las competiciones europeas, tras un año con pocas alegrías y muchos sinsabores.

Cuando el 17 de agosto de 2019, hace ahora once meses, los jugadores de la Real Sociedad hicieron en Mestalla el pasillo a un Valencia campeón, era muy difícil aventurar el final de una campaña que empezaba con el objetivo de repetir clasificación para la Liga de Campeones.

Si la temporada previa se recuerda como una de las más felices para el valencianismo por el título de Copa logrado en mayo ante el Barcelona, la clasificación para la Liga de Campeones y la celebración del centenario de la entidad, la que ahora se cierra es una de las más aciagas y tormentosas de su historia reciente con el agravante de la incertidumbre que rodea al club en la toma de decisiones futuras.

Pero lo que puede resultar más llamativo es el origen de los actuales males del Valencia, puesto que el propietario, el singapurés Peter Lim, tras varios años sin dar con la fórmula del éxito, había encontrado un modelo ganador hace tres años con la incorporación de Mateu Alemany como director general y Marcelino García Toral como entrenador.

Sin embargo, de un plumazo y todavía en agosto, tumbó los pilares sobre los que se había reflotado deportivamente el club con unos vagos argumentos y en el mejor momento del proyecto.

Con la temporada iniciada y tras haber empatado con la Real, perdido con el Celta y ganado al Mallorca, el presidente del club, Anil Murthy, viajó de urgencia a Singapur para reunirse con Lim y se trajo bajo el brazo el despido de Marcelino y a Albert Celades como nuevo técnico.

Con claras diferencias durante el verano para la confección de la plantilla y mensajes indirectos de Marcelino a la propiedad, el clima se había enrareciendo hasta explotar con la salida del entrenador asturiano, a la que siguió poco después la de Mateu Alemany.

Los dos arquitectos de un Valencia que había recuperado la ilusión de sus aficionados y vuelto a ser campeón ponían fin a su etapa en Mestalla cuando iniciaban su tercer curso en la entidad.

La marcha de Marcelino fue criticada en redes sociales por algunos miembros de una plantilla muy identificada con su entrenador que veía  injusta una salida sin motivos deportivos para que se produjera, aunque a la vez asumieron la llegada del nuevo entrenador.

El aterrizaje de Celades no fue fácil. Sin una clara línea ascendente se mantuvo entre altibajos con un rendimiento aceptable en casa, donde no conoció la derrota en Liga, pero que se diluía casi por completo en los partidos lejos de Mestalla, donde se convirtió en uno de los peores equipos del torneo.

En la Liga de Campeones, el Valencia logró salvar uno de los grupos más difíciles del torneo, con Chelsea y Ajax como 'cocos' y el Lille, que se antojaba como el rival más vulnerable.

El Valencia logró el pase a octavos de final como primero de grupo tras una jornada final en el Amsterdam Arena en la que dejó fuera al propio Ajax tras ganar por 0-1.

Sin embargo, en la eliminatoria de octavos, ante uno de los rivales con menos nombre de los clasificados como el Atalanta, el equipo de Albert Celades se vio superado tanto en Italia, donde cayó con estrépito (4-1), como en Valencia (3-4), en el primer partido disputado a puerta cerrada en la temporada del coronavirus.

En la Copa del Rey que el Valencia afrontaba como defensor del título, la situación fue casi peor pues tras superar a duras penas en las dos primeras rondas a equipos de categorías inferiores como el Logroñés y la Cultural Leonesa (en los penaltis), fue eliminado a partido único por el Granada (2-1) en los cuartos de final.

A todo ello unió el bajón de juego en la Liga tras la vuelta después de la pandemia, lo que conllevó la despedida de Celades y el recurso de Voro González para cerrar el campeonato.

Así, el Valencia despide la temporada 19-20 tras haber dilapidado el rendimiento de los dos años anteriores, en los que logró clasificarse para la Liga de Campeones tras ser cuarto en ambos campeonatos de Liga, haber sido campeón de Copa y alcanzado unas semifinales de la Liga Europa.

Nada de todo ello podía hacer presagiar un curso como el que se cierra ahora, casi dos meses después de lo previsto, en un año marcado por la pandemia del coronavirus. 

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