Javier Tebas, uno de mis personajes de cabecera, ha vuelto a bordarlo al señalar que la Liga, esto es, su liga, no se quedará de brazos cruzados ante esa suerte de OPA hostil en formato misil que el PSG ha dirigido hacia la competición española proponiendo el fichaje de Neymar...
VALENCIA. Javier Tebas, uno de mis personajes de cabecera, ha vuelto a bordarlo al señalar que la Liga, esto es, su liga, no se quedará de brazos cruzados ante esa suerte de OPA hostil en formato misil que el PSG ha dirigido hacia la competición española proponiendo el fichaje de Neymar. Tebas ha dicho que “sería un contrasentido aceptar ese pago. Si el PSG llega con el dinero de la cláusula de Neymar no lo aceptaremos”. También ha dicho que viola las normas comunitarias y que “si la UEFA no reacciona, presentaremos la demanda de inmediato”.
Hace bien Javier. Pero animémosle a ir más allá. Que aproveche el caso Neymar para restringir las violaciones del PSG y sus acometidas frente a la competencia leal. Basta de agravios.
Propongamos a Tebas que demande al PSG con carácter retroactivo por minar el derecho de competición fichando sin paliativos, previo depósito de la cláusula, a estrellas como Mijatovic y Rivaldo, causando un grave perjuicio en la estructura de la Liga y de sus clubes, Valencia y Deportivo en este caso.
Sigue, Tebas, sigue. Propongamos a Tebas que demande al PSG por permitir una flagrante competencia desleal, por poder manejarse con ventajas teniendo entidad de club deportivo frente a Barça o Madrid, obligados ambos a reconvertirse en SAD y penando con exigencias y restricciones mucho mayores que las de un simple club deportivo. Que nos explique el PSG porque, pasado el tiempo, sigue arrogándose una desigualdad de ese calibre. Se ponen a competir -simuladamente de igual a igual- a instituciones con mayor privilegio que otras.
Venga, demandemos al PSG por beneficiarse de un sistema de reparto de los derechos televisivos en Francia sin parangón en Europa, desigual y desequilibrado, que en lugar de fomentar la competición hiperestimula al que más tiene, alumbrando un doping financiero que luego trae estos lodos: que ligas agraviadas como la española pierdan a figuras totémicas como al humilde Neymar.
Y vayamos más allá. Pidamos a Tebas que demande al PSG por imponer un modelo bien perverso que sitúa al futbolista sobre los clubes, el monopolio de la estrella como nunca antes, a diferencia de lo que ocurrió en España, donde pudiendo tomar el atajo de entregar la Liga a un duelo entre Messi y Cristiano se fomentó la competición y el bien común.
Es que el PSG a este paso se va a cargar todo lo bueno que habíamos conseguido.