VALÈNCIA. No hay nada tan marchito como cebarnos con partidos que ya ocurrieron. La existencia a través del tamiz de las vivencias pasadas. Cuando salgamos a la calle vamos a hacerlo equipados de Luanvi. Involuntarios Peris Frígola, condenados a la negación de Mestalla como escenario predilecto. Estamos a esto de que youtubers furtivos nos enseñen por dentro cómo discurre en Mestalla su existencia muda.
Un peligro al acecho. Vamos a criar a una hornada de valencianistas amamantados por la fantasía del éxito. A partir del 3-4 del 98 en Barcelona, creerán que el Valencia ha estado ganando títulos sin parar, al galope de los partidos que echan por la tele: Valencia-Atlético, Valencia-Lazio, Leeds Valencia, Valencia-Olympique Marsella, Valencia-San Marino… ¿Cuántos títulos llevamos ganados ya en estas semanas de barbecho? Hasta se ha encontrado a la Marianne de esta revolución de los títulos: Mari Tere de Sarrià.
Llegará a un punto en el que, tras regresar la competición -no sé, de aquí unos cuantos años- nos preguntemos si no era mejor la inactividad. ‘Papá, cuando no salíamos de casa ganábamos todos los partidos’.
Para evitar el Good Bye, Lenin! propongo que comencemos a enseñar nuestras peores derrotas, también las más vulgares. Primera emisión, el 6-0 en el Helmántico. Advierten los preparadores físicos del riesgo que esta inactividad podría tener en los futbolistas, cómo podría costarles retomar la viveza competitiva. ¿Pero y qué hay de nosotros? Aficionados aletargados por un carrusel de finales ganadas, este atracón puede deparar una resaca épica. Si esto sigue así, me veo en 2023 a la televisión pública reeditando el Valencia-Huesca de Piccini. Acostumbrarnos a volver a perder será difícil. Necesitamos perder cuanto antes, que Celades rompa de una vez por todas su racha de imbatibilidad.
ADU, la gestora para la compra de suelo del anciano Mestalla, se nos presentó (y qué manera más terrible de presentarse) con el lema 'Ut nemo vincere, ut omnes vincere', Que nadie gane para que todos ganemos. Si dejamos de ganar, ganaremos todos.