Hoy es 7 de octubre
VALÈNCIA. Resulta cuanto menos sorprendente que, a estas alturas de LaLiga, el Valencia sea el segundo equipo que más goles ha marcado. El conjunto de Mestalla ha anotado 21 tantos en los 13 partidos disputados. Estos registros los comparte con el Sevilla y el Atlético de Madrid, dos de los favoritos en la lucha por el título, en una clasificación de privilegio que lidera el Real Madrid con la friolera de 28 goles a favor. Pero todavía más sorprendente que este plausible balance ofensivo del Valencia, es su negativa estadística en el capítulo de goles en contra. Aquí, los de Mestalla han encajado 20 tantos y solo son superados en esta adversa clasificación por un Levante que ha visto perforada su portería en 25 ocasiones. A casi dos por partido.
Digo todo esto y no salgo de mi asombro porque me desconcierta el hecho de que con Pepe Bordalás en el banquillo, un entrenador con fama de barraquero, el Valencia lidere sus dos clasificaciones antagónicas por excelencia. Cuando se firmó al técnico alicantino, los grandes popes del periodismo local esputaron lindezas varias sobre lo defensivo, la agresividad y la violencia que nos esperaba en Mestalla esta temporada. Parecía que en València aterrizaba un fútbol cicatero, arcaico y primitivo, llegado desde la profundidad de las cavernas de la regional, y que íbamos a presenciar partidos infumables que acabarían en empate a cero.
Nada más lejos de la realidad. Si algo nos ha deparado este Valencia de Bordalás son encuentros vibrantes, de resultado incierto, además de remontadas finales a la heroica. Mucha épica. Sin embargo, lo que más me sorprende de este Valencia tan fértil en ataque es que ninguno de sus delanteros de referencia ocupen los puestos de privilegio en el Pichichi. El Valencia marca muchos goles, sí. Pero sus dos “nueves” puros, Maxi Gómez y Marcos André, no ven portería. De los 21 tantos que lleva anotados el equipo, entre Carlos Soler (4), Hugo Duro (4), Guedes (3) y Gayà (2), se reparten más de la mitad de los mismos. Maxi y André solo han marcado un gol cada uno en sus 9 y 8 encuentros en los que han participado hasta la fecha.
Dejando al margen preferencias o gustos estéticos sobre el perfil del delantero centro y tirando solo de la fría estadística, los números revelan que a Maxi hay que exigirle más de lo que nos ha ofrecido. Porque, además de estar reñido con el gol, sus cifras evidencian que tampoco está repartiendo asistencias (solo lleva una) y que anda bastante fallón en el pase. En lo único que está despuntando el uruguayo es en la batalla por los balones aéreos. Ahí es el mejor. Pero para mí, el “nueve” del Valencia no se puede quedar en eso. Al delantero centro del Valencia hay que reclamarle ese plus goleador que se le presupone.
Parecido, aunque en menor escala, es lo que sucede con Marcos André. Si pagas 8 millones por un delantero (está claro que el futbolista no tiene la culpa de la inversión) es porque éste debe coger el relevo de Maxi cuando al punta titular le falte el acierto. O compartir la ofensiva si así lo exige el guion. Pero de momento, su aportación se ha quedado en un par de escasas pinceladas. Considero que al brasileño hay que darle tiempo para que se adapte ya que todavía tiene margen de mejora. Pero que ni Maxi ni André se duerman. Porque Hugo Duro no ha tenido reparos en asumir el rol de “nueve” y se ha vestido de goleador para auxiliar a su equipo cuando más lo ha necesitado. Y ya lleva cuatro goles….