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Efecto Miñambres

15/10/2022 - 

VALÈNCIA. Natfi jamás debió tomar las riendas de este proyecto. Jamás. La decisión de Miñambres no es una equivocación, es una catástrofe. Y tal vez mereció tener consecuencias. Si fue suya y colegiada con Quico, muy mal por ambos; si fue suya y Quico no la frenó, casi peor. Sea como fuera el astorgano, en vez de pedir disculpas abiertamente y dar alguna explicación (y las gracias por no estar de patitas en la calle), asume su error con la boca pequeña y se atreve a filosofar sobre si la afición levantina debe ser exigente o no. Y cuánto. Quico, por su parte, apenas ha dicho esta boca es mía, agudizando con esta incomunicación que ya es costumbre, su alejamiento de la hinchada granota.

¿Qué error es peor? ¿Traer a Nafti? ¿Despreciar a Lisci? ¿O, en medio de esta crisis, atreverse a regañar a la afición? ¿De quién es peor? ¿De Miñambres o de Catalán? Quizá el leonés debió comprarse los cuatro volúmenes de la Historia del Llevant UD, en cuanto su avión aterrizó en Valencia. Le hubiese sido útil para comprender a quién se debía y para mostrarnos respeto. Quizá el presidente debiera repasarlos también, para entender cómo han sucedido las cosas, cíclicamente, en este club, y cómo no debieran volver a suceder jamás. Y para hacerse cargo de que estamos en esa senda que nos lleva directamente al pasado más sombrío.

El balance de Miñambres es poco esperanzador. Y su trabajo no es, como ha declarado, acertar a veces y equivocarse otras. Eso lo podría hacer cualquiera. Él cobra sueldo de capitán general para no equivocarse nunca porque de ello depende el ascenso del Llevant y, como consecuencia, la viabilidad económica de este club, que un sinfín de decisiones y actitudes equivocadas de sus gestores han llevado al alambre y que obliga, por ello, ahora, a no poder cometer más errores. Ni uno más.

Es cierto que con Miñambres el equipo mejoró notablemente en Anduva, pese a la endeblez del rival. Se vio un once reconocible que salió a dominar y a ganar. El equipo se hundió en la segunda mitad, en parte porque Miñambres no hizo los cambios adecuados en el momento adecuado. Sin embargo supo sufrir, cuando los nervios y el miedo lo empujaron hasta las inmediaciones de Cárdenas. Y acabó sumando los tres puntos para crecer en confianza.

Queda muchísimo trabajo por hacer y hay que empezar cuanto antes. Sin embargo, ante el Leganés se volverán a sentar en el banco Miñambres y el técnico que tiene al amateur deambulando en la quinta categoría de nuestro fútbol. Seguro que el Llevant va a mejorar respecto al de Anduva porque cuenta con buenos jugadores y el margen de mejora era enorme, pero este once necesita un entrenador capaz de ascender a Primera que, en mi opinión, no es Calleja.

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