La folgatinha / OPINIÓN

El 9 d'Octubre

26/04/2024 - 

VALÈNCIA. El 9 d'Octubre Javier Solís, flamante portavoz del Valencia CF, excitó a su claque garantizando que estaban, abro comillas, "con ganas de poder plasmar negro sobre blanco esos últimos detalles y poder empezar las obras porque la ciudad necesita ya lo antes posible un estadio como el nuevo Mestalla, que será de categoría mundial". Seis meses después Meriton Holdings Ltd ni siquiera ha desbrozado el interior de lo que iba a ser, como dice, Mark Fenwick, el bol del nuevo campo. Aquello de Solís fue otra trola de Meriton. Una bomba de humo detrás de la que cobijarse un tiempo, a la espera de que su máquina de patrañas pudiera fabricar una nueva. Y luego otra, y luego otra... Así en un bucle infinito.

La alcaldesa de València, María José Catalá, desnudó el jueves a Layhoon Chan, Javier Solís... y a Peter Lim. Mostrando los dientes -mira que te cuesta, María José-, Catalá dejó en paños menores a Meriton Holdings y a su pomposo portavoz. Catalá ridiculizó la propuesta que han elevado los 'yes men' de Lim sobre el nuevo estadio: una triste y solitaria hoja en la que se recoge la memoria económica. "El Valencia tendrá que presentar en algún momento del proceso su proyecto para que pueda ser valorado. Ahora lo que tiene es una licencia de obra que tiene una memoria económica muy reducida. Básicamente es un folio. Solo tenemos un folio de la licencia. Cuando se presente un proyecto serio, un externo hará la auditoría como se acordó en la moción de Urbanismo", expuso la alcaldesa que, anunció que el proyecto que tiene que plantear el club debe adecuarse al convenio de 2005 y 2007. Catalá insistió en que no concederá permiso o licencia alguno hasta que Peter Lim acepte el corsé de garantías que quiere anudarle el Ayuntamiento.

En su discurso hay una contradicción que no acabo de entender porque hasta la fecha la alcaldesa venía defendiendo que iba a conceder la renovación de la licencia de obras durante el primer trimestre de 2024. Ahora se desdice y habla de que no hay proyecto. Serán cosas de la política, que se me escapan, supongo.

Pero la andanada de la alcaldesa constata que rompe relaciones con Meriton Holdings después de aquel acercamiento a través de José Marí Olano cargado, según mi parecer, de buena voluntad, pero estratégicamente fallido, y que abasteció de dinamita el arsenal de críticas de la oposición.

Tengo la teoría de que los populares, inocentes, cayeron en la red de artimañas y medias verdades que tejen las arañas de Meriton. Y que, tratando de desenredar el ovillo del nuevo estadio para apuntarse un tanto gordo en la esfera política de la ciudad, se liaron en la seda de araña. Interpreto que Catalá ya ha dicho basta.

Al Partido Popular le ha pasado lo mismo que a Compromís. ¿Te acuerdas Enric Morera? Meriton los ha hecho resbalar. Joan Ribó puede dar fe. El anterior alcalde de la ciudad también fue hechizado por el brujo de Singapur y, víctima de aquellos embustes, hizo el ridículo en alguna ocasión mientras Anil Murthy sostenía una copa y se carcajeaba mientras Ribó hablaba de fechas definitivas.

Porque cualquiera que intima con Meriton sale escaldado. Lim y sus ejecutivos en la ciudad embarran a todo aquel que trata de negociar una solución para la gran mole de hormigón que tiene la ciudad en la avenida de Cortes Valencianas. Tienen esa facilidad para el timo.

Aunque intuyo que, definitivamente, va a haber una entente política y un frente común contra Singapur, sigo siendo pesimista sobre el nuevo estadio. Porque cuando, por fin, haya consenso y se articule un convenio, Lim lo rechazará. Ojalá me equivoque.

Por cierto, ¿qué ha sido de Marí Olano? Scooby-DooWhere Are You! 

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