VALÈNCIA. El adiós de Quico Catalán, que dejó el pasado mes de septiembre la presidencia del Levante después de trece años, ha dejado paso a la dirección del consejero delegado, Pepe Danvila, aunque después de medio año negociando con el máximo accionista de la entidad todavía no ha alcanzado un acuerdo para desarrollar su plan de viabilidad para sanear el club.
Catalán comunicó su decisión de marcharse el 28 de junio, once días después de perder ante el Deportivo Alavés la final de la promoción de ascenso a Primera División. Sin embargo, su adiós no fue oficial hasta el 4 de septiembre, cuando fue relevado por Pablo Sánchez, quien había sido uno de sus consejeros desde 2018.
Catalán, que había sido portavoz del club unos años antes con Pedro Villarroel como máximo accionista, regresó al Levante como director general en 2009 con el club en concurso de acreedores y con una deuda de unos 85 millones de euros. Menos de un año después, en enero de 2010, se convirtió en presidente con el respaldo de la Fundación del Levante, que ostentaba y ostenta el paquete mayoritario de acciones.
Con más aciertos que errores y con una dirección del club muy personal, Catalán asentó al Levante en la elite, con once temporadas en Primera División, pero en el último lustro acumuló unas pérdidas que han dejado al Levante con una deuda de 107 millones de euros y fracasó en su intento de volver a Primera.
La salida de Catalán propició el desembarco en el club de Pepe Danvila, amigo íntimo del expresidente y que le acompañó en el consejo desde 2018. Con Pablo Sánchez como presidente, Danvila ha puesto en marcha un plan para sanear el club y estabilizarlo en Segunda, ya que necesita unos 25 millones de euros antes del 30 de junio de 2024.
Sin embargo, Danvila, que ya ha cubierto una póliza de diez millones de euros de los que el Levante ha consumido casi ocho, todavía no ha cerrado el acuerdo definitivo con la Fundación para dirigir al Levante los próximos cinco años.
En principio, Danvila comprará entre enero y febrero por 5 millones de euros la mitad de los títulos de la Fundación, máximo accionista del Levante con el 60 por ciento del capital social.
Tras negociar con todos los acreedores del Levante, Danvila tiene previsto presentar su plan definitivo en la primera quincena del mes de enero de 2024 y en febrero, en principio el día 19, el consejo que lidera debe ser ratificado por la junta general de accionistas para los próximos 5 años.
El consejero delegado, sin embargo, ya ha reducido el gasto en todas las partidas y también ha reestructurado el comité de dirección del club. También ha anunciado que todas las secciones del club, como el equipo femenino o el fútbol sala, deben ser sostenibles.
El plan de Danvila pasa por obtener fuentes de ingresos más allá de los derechos de televisión. Parte de su proyecto se basa en culminar dos infraestructuras que puso en marcha Catalán: la segunda fase de la remodelación del Ciutat de València y la construcción de la nueva ciudad deportiva en Nazaret (Valencia).
Con el dinero de CVC, el consejero delegado pretende construir una ciudad deportiva que pueda tener más usos para que sea rentable y con la completa remodelación del estadio pretende encontrar un patrocinador para la fachada principal y que dé nombre al Ciutat de València.