El gol de Forment al Celta en la Liga de 1971; el 4-3 al Barça de la Recopa un 19 de marzo de 1980; el “Sois San Marino, vosotros sois San Marino” cantado a coro al Real Madrid en la semifinal de la Copa del Rey de 1999; la emoción en el rostro de Juan Sánchez al marcar ante el Leeds en el partido que daba el pase a la segunda final de Champions consecutiva en 2001; los dos goles de Rubén Baraja en la remontada ante el Espanyol en la Liga de 2002; los tres tantos de Rodrigo ante el Getafe el año pasado en aquel “tocó en Hugo Duro” que permitió disputar una nueva final copera…. ¿Quién no recuerda esas imágenes?
La afición del Valencia ha vivido momentos inolvidables en Mestalla. Mágicos. Seguro que cada aficionado tendrá los suyos muy particulares y que, incluso, podríamos hasta debatir sobre la importancia de cada uno de ellos. Y quizás no habría acuerdo. Pero en lo que sí coincidiremos todos es que la afición ha sido el factor desequilibrante en multitud de ocasiones. Decisivo. Diría incluso que el Valencia, sin su afición, no es el Valencia. El nexo de unión es demasiado fuerte. Indestructible. Pese a que Peter Lim se empeñe en todo lo contrario. El apoyo de la hinchada siempre ha sido incondicional. Por este motivo el vacío de Mestalla en este regreso de la Liga, en comparación con aquellos partidos de leyenda, va a ser terrible. El silencio, atronador. Sin duda que no será lo mismo.
Bajo este hueco panorama, la Agrupación de Peñas llevará a cabo una iniciativa que me parece plausible. Los aficionados llenarán de alma Mestalla con bufandas, banderas, camisetas y cualquier tipo de prendas del equipo en las gradas. El objetivo es que el estadio no ofrezca una imagen desangelada y que los futbolistas se sientan un poco más arropados. Es cierto que esa simbología colorista no tendrá la misma fuerza que 45.000 gargantas animando a sus jugadores, y que ni de lejos será lo mismo, pero es la única manera de que un algo de cada aficionado esté presente en estos últimos cinco partidos decisivos que restan por disputarse en Mestalla.
¿Cuándo podremos volver a los estadios?. Ese es, por suerte, el debate que se ha abierto en la calle. Por fortuna, parece que la COVID remite y la gente vuelve a animarse. Pero me da la sensación de que estamos queriendo correr mucho. Vamos poco a poco, porfa. En menos de un mes, hemos pasado de plantearnos si la Liga se iba a poder terminar este año, a hablar del regreso de los aficionados a los estadios. Y es que hay muchas ganas de fútbol. Nos podemos quedar sin postre, pero no sin fútbol. Han sido varias las voces que han solicitado la presencia de aficionados en los campos a partir de la Fase 3. Sin embargo, tirando de sensatez, el Consejo Superior de Deportes ha puesto freno al regreso a los estadios y todo apunta a que no habrá vuelta hasta el inicio de la próxima temporada. Estoy de acuerdo.
En el caso de que se deleguen las competencias a las Comunidades autónomas, tampoco la Consellera de Sanitat, Ana Barceló, es partidaria de que la afición del Valencia vuelva a Mestalla. Barceló considera que es una decisión que se tiene que regular a nivel estatal y que, lo más prudente, es continuar jugando los partidos a puerta cerrada. No pasa nada. La respuesta me parece también acertada. Vamos a ver cómo se va desarrollando la situación. Sea lo que sea, la verdadera realidad es que la Liga se reanudará el próximo viernes con un derbi ante el Levante y que los futbolistas no sentirán el latido de los corazones de sus aficionados como en aquellos partidos épicos. Ni el empuje de la grada para marcar el primer gol. Pero Mestalla es Mestalla. Y tiene alma.