El Balonmano Benidorm, octavo clasificado de la Liga Asobal, ha ido de menos a más durante la primera vuelta de la competición
VALENCIA. El Balonmano Benidorm, octavo clasificado de la Liga Asobal, ha ido de menos a más durante la primera vuelta de la competición en la que ha acusado las lesiones y la falta de adaptación de algunos jugadores.
El conjunto de Fernando Latorre llegó a estar siete jornadas consecutivas sin ganar, lo que le envió a la zona de descenso, de donde salió tras encadenar una buena racha de resultados ya en el tramo final de la primera vuelta.
De los últimos cinco partidos, el Benidorm solo perdió ante el Cangas, revelación de la Liga, sumando tres victorias y un empate ante posibles rivales directos por la permanencia.
Además, logró en el último partido del año certificar su pase a los cuartos de final de la Copa del Rey, por vez primera en su historia, tras apear al Alcobendas.
El Balonmano Benidorm comenzó la temporada con el listón por las nubes tras su excelente rendimiento del pasado ejercicio, donde además de ser la revelación rozó hasta la penúltima jornada la clasificación para Europa.
La plantilla sufrió una remodelación importante con la llegada de ocho fichajes, pero la gravísima lesión de rodilla Víctor Sáez, los problemas en la espalda de Danil Chernov y la falta de adaptación de algunos de los nuevos fichajes, impidieron al técnico disfrutar de la mejor versión de su equipo, sobre todo en defensa.
En este último caso se encuentran el francés Fabian Brive o el húngaro Kriztian Fodor o José Ramós Padilla, que no han podido aportar todo lo que de ellos se esperaba.
El Benidorm no rendía a domicilio, y en su pabellón, pese a ganar los dos primeros partidos, comenzó a tener problemas. El conjunto de Latorre tocó fondo con dos goleadas históricas ante Villa de Aranda (29-40) y FC Barcelona (17-36) que encendieron todas las alarmas.
Latorre se vio obligado durante varias jornadas a echar mano del equipo filial en busca de un revulsivo ante el deficiente rendimiento de algunos de los titulares o por necesidad, y el presidente, Javier Abinzano, llegó a reclamar un cambio de actitud en los jugadores.
Todo cambió en Pamplona ante Anaitasuna, en un partido en el que el Benidorm logró romper dos estadísticas negativas: siete partidos sin ganar y once encuentros consecutivos sin hacerlo lejos de su pabellón.
Tras este triunfo llegaron dos victorias más y un empate en las cuatro jornadas siguientes, lo que permitió al equipo escapar del descenso y situarse justo en el ecuador de la tabla coincidiendo con una mejoría de su vieja guardia, formada por el meta Diego Moyano, Carlos Grau, David Cuartero y David Jiménez.
"Hemos logrado salir de ahí abajo nosotros mismos y sin fichar a nadie a pesar de todos los problemas. Creo que lo peor ha pasado y nos vamos de vacaciones con un buen sabor de boca", resume a Efe el entrenador.