VALÈNCIA. Fabio Grosso, lateral izquierdo titular en la Italia campeona del mundo en 2006, lleva 43 angustiosos días en el banquillo del Olympique de Lyon (OL): en lo deportivo es colista de la Primera división y, en lo personal, rozó la tragedia por las aparatosas heridas que sufrió el domingo por un apedreamiento.
Al italiano, de 45 años y triste protagonista de las portadas del lunes por su rostro ensangrentado fruto de un ataque de radicales del Marsella, le fue decretada una baja "por incapacidad total de trabajo" durante 30 días.
De momento, se desconoce si el técnico querrá regresar antes de ese periodo, algo legalmente posible si es por iniciativa del afectado. El próximo compromiso del club del Ródano es el domingo 5 ante el Metz.
La lluvia de piedras contra el autocar que transportaba a jugadores y cuerpo técnico del OL para el choque en el Velodrome ante el Marsella -partido que tuvo que ser suspendido por esos ataques- ha sido la última -y la más preocupante- peripecia de Grosso en el Lyon.
Desde que fue presentado el pasado 18 de septiembre, en sustitución de Laurent Blanc, el antiguo técnico del Frosinone italiano ha lidiado con los peores inicios de la historia del Lyon (es colista y en los cuatro encuentros que ha dirigido ha perdido tres y empatado uno) y con luchas intestinas en bastidores.
La pasada semana, cinco días antes del choque suspendido ante el Marsella, Grosso llegó a cancelar un entrenamiento indignado por unas supuestas filtraciones de algunos de sus jugadores a la prensa. En ellas, se daba por hecho que el italiano sería tarde o temprano sustituido.
El exjugador Jérôme Rothen, que dirige un influyente programa de radio en la cadena RMC, aseguraba que "casi ningún jugador" del Lyon aguantaba al campeón del mundo en 2006, al que colocaban como uno de los entrenadores "más ineptos" que han conocido.
Esta explosiva situación se une a la guerra abierta, que también salpica a Grosso, entre el actual propietario del OL, el estadounidense John Textor, y el histórico presidente Jean-Michel Aulas, arquitecto del gran Lyon de los años 2000 que venció siete campeonato seguidos.
Aulas, quien vendió al grupo de Textor el grueso de sus acciones y que fue cesado como presidente en junio, denunció el pasado verano ante la Justicia un incumplimiento del acuerdo de venta.
La actual dirección criticó entonces al legendario dirigente por buscar su beneficio propio y perjudicar al club de sus amores, pues la Justicia decidió congelar 14,5 millones de euros en las cuentas del Lyon tras la denuncia de Aulas, debilitando la capacidad de fichajes de la entidad para esta temporada.