VALÈNCIA. Julián Calero ya es historia en Cartagena. Así lo ha anunciado el club murciano. La desvinculación del preparador madrileño, que concluía contrato el 30 de junio, es oficial y, por tanto, el Levante ya está listo para anunciar al próximo conductor de su nave. Felipe Miñambres quiso ser respetuoso con los tiempos de Calero en el Efesé y aguardó, primero, a que terminase la temporada, a pesar de que, sin estar nada firmado tal y como comentó el propio técnico en rueda de prensa, sí estaban atados los cabos para el aterrizaje del nuevo entrenador granota. Después, restaba que en Cartagonova comunicasen su adiós de manera pública.
"Soy uno más para siempre (refiriéndose al Cartagena) y vamos a ver hacia dónde nos lleva la vida. Nos subimos a lomos de la vida y ella es la que decide. Planea todo lo que quieras, que la vida se encarga de ponerte en tu sitio. No planees mucho a medio plazo, que está el de la guadaña arriba. He estado aquí encantado y no puedo decir mucho más que gracias a Cartagena", ha dicho Calero en su despedida.
El que será nuevo entrenador del Levante aterrizó en septiembre en el Cartagena, tras la destitución de Víctor Sánchez del Amo. Y le costó levantar al equipo: no ganó hasta el séptimo encuentro que dirigió y, a partir de entonces, levantó el vuelo. En 35 jornadas al volante, ha logrado un hito que, por ejemplo, el Levante no ha llegado ni a tocar este curso: vencer en cuatro jornadas consecutivas. Eso le ha permitido salvar a los murcianos de manera holgada y a sonar para varios equipos de Segunda División, entre ellos clubes punteros que descienden de Primera.
Calero formaba parte de un abanico de técnicos con un perfil común que convence en la planta noble del Ciutat de València. El madrileño es de un perfil de consenso: lejos de firmar a un entrenador con experiencia en Primera División -fue la estrategia para acabar contratando a Javi Calleja, que nunca había dirigido en Segunda, después de destituir a Mehdi Nafti, con un currículum precisamente reducido en la categoría-, el grupo de técnicos que se barajaban tienen el denominador común de estar curtidos en batallas y ascensos en la división de plata. Calero, u otros nombres como Luis Carrión, Rubén Albés o, en un principio, Claudio Giráldez, no han pisado la élite como técnicos principales, pero sí han sacado músculo en Segunda.