VALÈNCIA. El Castellón iniciaba 2021 con la esperanza de poder consolidarse en la Liga Smartbank, aunque el equipo no pudo mantener la categoría y ha regresado al hábitat en el que más tiempo ha permanecido desde mediados de la década de los años 90.
Óscar Cano llegaba a 2021 con el crédito agotado entre los principales consejeros del presidente Vicente Montesinos. La derrota ante el Espanyol en la primera jornada del año dejaba al equipo penúltimo a un punto de la permanencia, que era su objetivo, y Cano dejó el cargo.
El club, en contra de la opinión de su afición, apostaba por Juan Carlos Garrido. El equipo no lograba regularidad y el ambiente en el vestuario con el entrenador valenciano no fue idóneo. Pese a ello, el Castellón se mantenía en pugna por la permanencia y lograba incluso un colchón de cuatro puntos respecto al descenso que acabaría desaprovechando.
Solo dos puntos en las últimas siete jornadas condenaron al descenso al Castellón. Ni la destitución de Garrido, a falta de dos jornadas, ni la llegada de Sergi Escobar, pudo evitar que el club abandonara el fútbol profesional.
Escobar continuaría para esta temporada 2021/22 y pese al irregular inicio que le llevó a zona de descenso, una racha de diez partidos consecutivos sin perder permitió al Castellón escalar hasta posiciones de promoción de ascenso, pese a llegar a tener dos partidos disputados menos que sus rivales por un brote de Covid-19 que afectó a mitad de noviembre a un mínimo de ocho jugadores.
Por tanto, Castellón llega al final del año con las opciones intactas de poder luchar hasta final de temporada por el ascenso de categoría, pese a las dos últimas derrotas sumadas en Castalia que frenaron el meteórico ascenso del equipo en la clasificación.