VALÈNCIA. Nueva temporada, misma carencia. Sucede que este curso, en el arranque reciente, el costado derecho del Valencia CF sigue sangrando. La hemorragia no se detiene. Los rivales cargan contra el lateral derecho del Valencia, que no consigue cerrarse ni oponer resistencia a las acometidas de los jugadores contrarios. Una temporada después, con un diagnóstico evidente y diáfano desde hace meses del mal que afecta al carril diestro, la grieta es exactamente la misma por la que penaba el equipo la campaña pasada. El Valencia sigue en la casilla de salida en ese lateral donde sólo ha habido un cambio de caras: la de Piccini por la de Martín Montoya. Nada más. El rendimiento es el mismo.
El miércoles en Mestalla y ante la temible Juventus, Marcelino prescindió de su apuesta para el lateral y rehabilitó a Rubén Vezo para cerrar la sangría. El portugués fracasó y la Juve cortó esa banda como un cuchillo atraviesa la mantequilla. En la segunda mitad sentó al portugués, que fue superado siempre, y colocó a Wass. El danés jugó cuatro partidos de Liga la temporada pasada situado en esa parcela con el Celta, uno de ellos en el Camp Nou, y tiempo atrás también lo había hecho cuando jugaba en Dinamarca.
La opción Gabriel, utilizada por el técnico asturiano la temporada pasada en el Sánchez Pizjuán, todavía no ha sido empleada. La baja permanente de Garay lo impide. Una de las incógnitas que presenta el once ante el Villarreal se encuentra -es normal- en el lateral derecho. Piccini, Vezo y Wass optan a esa plaza aunque la baja de Kondogbia aconseja a jugar con el danés en el centro.
UN PROBLEMA CONOCIDO
Cuando Marcelino llegó al Valencia hace 16 meses detectó una fuga en el lateral derecho. En su primera pretemporada, julio de 2017, advirtió que uno de los puntos flacos de la plantilla que acababa de heredar estaba en la banda que defendía Martín Montoya. En la planificación de fichajes para el curso 2017-18, el técnico asturiano pidió un lateral derecho pero la economía no lo permitió. Matteo Darmian era una de las prioridades.
En el germen del proyecto para esa banda, el técnico pidió dos laterales, aspecto inviable por la situación económica y por la prioridad de reforzar otras demarcaciones.
A finales de noviembre de 2017, en la serie de reuniones que se mantuvieron con Peter Lim en el Hotel Balneario Las Arenas el técnico insistió en comprar un defensor para esa banda, el club, en cambio, decidió posponerlo para el verano por el mismo problema económico y ante la falta de alternativas sólidas a buen coste.
Llegó el verano y Marcelino volvió a insistir en el fichaje. Al respecto ya había mantenido diferentes conversaciones con Mateu Alemany y Pablo Longoria que se estaban moviendo en el mercado. El técnico quería altura para ese puesto.
Marcelino quería un lateral derecho de más envergadura que los que tenía en plantilla. Un defensor alto que superara en estatura el metro ochenta. El entrenador estaba empeñado en fichar un 2 titular que superara el nivel futbolístico de Martín Montoya pero también su altura. El técnico asturiano quería juntar más metros en las acciones a balón parado (ABP). Las ABP del contrario hicieron daño la campaña pasada tanto en centro frontales como en envíos laterales y el entrenador quería resolverlo comprando más envergadura para su defensa.
SE SONDEARON MUCHOS LATERALES
La dirección deportiva tocó muchos palos y valoró diferentes opciones. Thomas Meunier (1'90 metros), Timothy Evans Fosu-Mensah (1'83 metros), Matteo Darmian (1'83 metros), Paulo Díaz (1'84), Diogo Dalot (1'83), Kevin Malcuit, (1'78), Ricardo Pererira (1'75), Hans Hateboer (1'87) y Cristiano Piccini (1'89) fueron sondeados.
Llegó, por sorpresa, Cristiano Piccini. El lateral, después de un decepcionante paso por el Real Betis, fichó, más maduro, procedente del Sporting de Portugal. El Valencia cerró una operación de 8 millones de euros y un 10% de una futura venta. Días atrás había vendido a Martín Montoya al Brighton & Hove Albion por 6'5 millones más otro millón en variables. El cambio de lateral le puede salir por solo 500.00 euros si se cumplen los bonus en el rendimiento de Montoya en la Premier League.
LA INVERSIÓN SE HIZO EN GUEDES
El desembolso en la operación Guedes, el fichaje más caro de la historia del club, explica que el Valencia no apostará por un lateral con mejor currículum y más costoso. Marcelino sabía que el esfuerzo económico del verano se iba a hacer con el talento portugués y accedió a la compra de un jugador más económico. Además de que el club ya había invertido 15 millones en Diakhaby.
En las conversaciones con diferentes agentes antes del cierre del mercado, Pablo Longoria, director del área técnica, explicó que para defender esa banda tenían a Piccini y que, ante la falta de más jugadores específicos, aguantarían con Vezo, Wass y Gabriel Paulista. El Valencia no podía fichar otro lateral.
PICCINI DESPIERTA DUDAS
La temporada está empezando pero tras la disputa de cuatro duelos de liga y uno de Liga de Campeones el rendimiento de Piccini no es convincente y despierta dudas. El lateral sube bien la banda pero no cierra los centros laterales cuando defiende y sus centros tampoco son precisos. En la comparativa con Martín Montoya no sale ganador aunque, en su descargo, el jugador todavía se está adaptando al equipo. Marcelino, que necesitaba un lateral que, fundamentalmente, defendiera, ha traído uno de perfil ofensivo que mantiene los mismos problemas que argumentó en su día para pedir el fichaje en esa parcela. Y ante el primer rival de envergadura que visitó Mestalla decidió sustituirlo por Vezo, que pasó de no haber jugado ni un minuto en liga a hacerlo durante 57 ante el multicampeón italiano.