VALÈNCIA. El Cubo de Rubik es un rompecabezas mecánico tridimensional creado por el escultor y profesor de arquitectura húngaro Ernő Rubik en 1974. Ofrece multitud de posibilidades pero solo un camino para encontrar una solución sin enfrascarse en los errores del Valencia CF.
Pues ahí está el Valencia CF... del entrenador que quieras. Es la pescadilla que se muerde la cola. Un técnico que llega con la máxima ilusión, con ganas de comerse el mundo e implantar su método. Eso sí, sin jugadores específicos para ello. El entrenador pregunta el escenario y le comunican el laberinto que hay que trazar. Siempre con más tiempo del que se estima. Vamos, como si fueran a reformar mi casa o la tuya. No cumplen los plazos, pero los honorarios son los mismos y existe plusvalía por día de retraso.
En ese entramado... el Valencia está ahogado porque tiene cero euros. Y la historia siempre es la misma. Vamos a esperar... mientras las pegatinas se desgastan. No sabemos el destino, ni la inversión, pero los dedos siguen rotando ese 'Cubo' que exige una respuesta ambiciosa. El pobre Gattuso está atrapado en ese Cubo de Rubik. Se siente solo, desprotegido... viendo como lo resultados le hunden. Una figura que fue un bálsamo, un soplo de aire fresco, llega el mes de enero y se marchita a velocidad de crucero en un entramado del que no puede salir.
¿El motivo? No hay dinero para resolver el 'Cubo de Rubik'. Después de tres años, hemos escuchado diferentes versiones y no se sostiene. Entrenador que no quiere estar (Gracia y Capoue), entrenador que se enroca (Bordalás y Aridane) y entrenador que le supera la 'marcianada' (sin alzar la voz Gattuso) ¿Y las soluciones? Están en Peter Lim, ni Layhoon, ni Corona, ni Murthy. El alto mando, NO ha cambiado y me cuesta creer que lo haga.
¿Vía de Escape? Mestalla en unos cuartos de final de la Copa y contra el Athletic es una extensión que nunca falla.