Sucedió hace muchos años. Por aquel entonces yo trabajaba en el Valencia y los follones los teníamos prácticamente todos los días. Les hablo de una fecha de un verano cualquiera y de cómo Bernauens -tal y como yo llamaba de vez en cuando a Españeta- tuvimos un follón de tres pares de narices que se escondió para todo el mundo y que al final pasó prácticamente desapercibido.
PRESENTACIÓN DE LOS EQUIPOS
La primera plantilla del Valencia se había presentado ya y en el club, de la mano del gerente José Luis Molina, decidimos el día que el Mestalleta se iba a presentar en la Ciudad Deportiva a los medios de comunicación para darle luz verde a una temporada que estaba próxima a comenzar. Creo que en ese Mestalla figuraban Juan Sánchez, Tárraga... pero no me hagan mucho caso que intento tirar de memoria y esta me falla.
NOTA DE PRENSA
Unos días antes de la fecha convenida para la presentación yo convoqué a todos los medios de comunicación vía fax para explicarles el día y la hora que ese nuevo Mestalla iba a ver la luz de cara a todo el mundo. Debo decir que todo en ese momento parecía normal y tranquilo y que de alguna forma en el club estábamos tranquilos por todo lo que se estaba cociendo externamente.
LLAMADA DE ESPANYETA
Y en esas estábamos cuando recibo la llamada de un Españeta que estaba de los nervios por lo que intuía que podía ser un desastre clamoroso y que se avecinaba de forma inmisericorde en dos o tres días posteriores, justo cuando se presentaba el Mestalleta.
Y SU MENSAJE
Españeta, con su estilo tan tradicional, me dice llamando Bauer que tenemos un problema de tres pares de narices. Le pregunto intrigado y esperando poder ayudar y el tío me suelta a quemarropa que no tenemos uniformes para la presentación del Mestalla. La marca que ese año vestía al Valencia y a su segundo equipo -me ahorro el nombre no me vaya a equivocar- no había cumplido con lo firmado y ni había enviado a Paterna ninguna colección de camisetas del segundo equipo para su presentación.
TELEFONADA
Tras escuchar a Españeta llamé urgentemente y cabreado a la fábrica para pedir explicaciones y que me mandaran esa misma tarde todo el uniforme que se debía vestir el Mestalla en la presentación. La marca en cuestión, con una irresponsabilidad manifiesta, me dijo que no tenían ejecutadas las camisetas y que por lo tanto, obviamente, no me las podían mandar bajo ningún concepto.
A TRABAJAR
Llamé a Bernardo España y le dije que debíamos recorrer todas las tiendas de Valencia deportivas para hacernos con el número de uniformes suficientes para que el Mestalla viera la luz con una relativa tranquilidad. Y eso hicimos. Primero llamamos y fuimos a El Corte Inglés para comprarle todas las camisetas que tenían y de ahí pasamos a la tienda de Pipo Arnau para hacer el mismo proceso. Españeta, siempre y en todo momento, me animaba asegurando que lo íbamos a conseguir... mientras yo estaba de los nervios viendo el posible marrón que se avecinaba.
FUIMOS A PATERNA
Con todo ya comprado fuimos a Paterna para colocar todo en su sitio y hacer un recuento así por encima de todo lo que habíamos comprado. Una, dos, tres... y así aparecieron todas las camisetas que necesitábamos para la presentación y pudimos hacerla sin que ningún medio de comunicación se enterara de lo que había pasado. Las camisetas, en la presentación, iban lógicamente sin número y sin nada pero estaba presentes que era de lo que se trataba.
Y ACABÓ LA PRESENTACIÓN
Se hizo la presentación con cierta normalidad, posaron todos los jugadores y la plantilla para los medios de comunicación, y el marrón por el que habíamos pasado quedó atrás tras un trabajo descomunal de Españeta en mi propia compañía. Cuando acabó la presentación del Mestalleta y después de todo lo que habíamos pasado me tocó por la espalda Españeta y nos fundimos en un cariñoso abrazo.
CONSEGUIDO
Una vez demostrado que lo habíamos conseguido yo no me pude contener y con los dos brazos abiertos le di un abrazo enorme a Españeta y le dije:
-"Lo hemos conseguido Bernauens..."
Y la alegría fue inmensa.