VALÈNCIA. “Tiene un don para saber llegar y conectar bien con los jugadores que… o lo tienes o no lo tienes. Y él eso lo tiene”. Quien le conoce comenta uno de los secretos mejor guardados de Luis de la Fuente (Haro, La Rioja, 1961), aunque el que más fama tiene en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas es el de “trabajador meticuloso”. Una combinación de ambos junto a un análisis del fútbol y sus jugadores al alcance de muy pocos no sólo le ha llevado a ser seleccionador nacional y ganar la Nations League, sino a acumular una plata olímpica en Tokio 2020, una Euro Sub-21 en 2019, una Euro Sub-19 en 2015 y el oro en los Juegos Mediterráneos (Sub-18) en 2018. Su nombre está ya al lado del de José Villalonga (Euro 1964), Luis Aragonés (Euro 2008) y Vicente del Bosque (Mundial 2010 y Euro 2012) con este quinto título en la historia de la Selección española absoluta. Y no ha sido producto del azar.
Lleva diez años en la RFEF y ha sido campeón en todas las categorías que ha entrenado. Pocos técnicos conocen mejor y a más jugadores seleccionables para España que él. Empezando por un Jesús Navas con el que coincidió cuando entrenaba en la cantera del Sevilla y que ahora, con gran acierto, ha repescado siendo uno de los protagonistas tanto en semifinales ante Italia como en la final frente a Croacia. No ha sido su única apuesta ganadora: la de un Jordi Alba que jugó a la perfección en Holanda, la titularidad en la final de Marco Asensio siendo uno de los más activos en ataque, la confianza en el olfato goleador de Joselu como revulsivo de un batallador Morata, las charlas con Le Normand para que eligiera a España después de haberse formado en nuestro país, la oportunidad a Ansu Fati de reivindicarse tras una temporada complicada, la elección definitiva en la portería por Unai Simón, la llamada a Nacho, los galones a Rodri…
Demasiadas decisiones acertadas como para no saber que detrás de cada una de ellas Luis de la Fuente se apoya en las certezas que le brinda su propio conocimiento junto a los medios tecnológicos y de análisis de la Federación, los cuales conoce a la perfección.
Jugador de equipo, a nadie en la Federación le extrañó que a los pocos segundos de levantar Jordi Alba el trofeo, Luis diera un paso a un lado para ceder el protagonismo de la foto a los jugadores, a los que visten de corto y no con una corbata. “Los importantes son los jugadores”, comentaba en declaraciones posteriores a la final. Sin embargo, el largo abrazo que se dio con cada persona de su staff, especialmente con el Director Técnico de categorías inferiores, Francis Hernández, simbolizaba todo ese trabajo que hay diariamente detrás de cada decisión que se toma y que el aficionado no percibe.
El “es muy difícil ganar esto” de Rodri y una audiencia disparada
Precisamente del staff actual y anterior, así como estos jugadores y otros que no pudieron estar en Rotterdam, se acordaron estos futbolistas nada más levantar la copa, y es que esta recién creada Liga de las Naciones (tercera edición que se celebra) es el título a nivel de selección donde más se prima la regularidad y exige estar a un alto nivel no sólo durante tres semanas o un mes cada cuatro años, sino durante dos años consecutivos, que es lo que dura la competición. “Es muy difícil ganar esto, compiten los 16 mejores países de Europa”, recordaba Rodri, MVP de la semifinal, de la final y hombre de moda en el fútbol europeo tras conquistar también la Champions League con un gol suyo (y acumular otro MVP en la mencionada final). Tras este título, más los cuatro que ha sumado con su club, el Manchester City, su nombre se ha asociado al del Balón de Oro. La afición ya era consciente de esta dificultad y no quiso perderse la final siendo el espacio televisivo más visto de todo el año con un 48,4% de share en la tanda de penaltis y más de 7 millones de españoles viendo a Unai Simón parar dos y a Dani Carvajal cómo metía ese último tiro.
Y es que España ha dejado por el camino a selecciones como Portugal (en la era de Luis Enrique), a la actual campeona de Europa, Italia -cuarta victoria en toda la historia en partido oficial (sexta si contamos otras dos en tandas de penalti)- o a uno “de los equipos más duros del mundo”, como aseguró Rodri. Y es que esta Croacia ha sido subcampeona del Mundo en 2018, tercera en Qatar 2022 y ha demostrado que es la mejor selección del mundo si el partido llega a los penaltis. “Estos jugadores nos van a seguir dando muchas alegrías porque tienen gen competitivo, son ganadores, han ganado todo en todas las categorías en las que han estado. Conozco a estas generaciones y estaba seguro de que no nos iban a fallar. Ahora hay que dejarles seguir jugando y darles confianza”, resaltaba De la Fuente tras la final.
El seleccionador nacional, como la gran mayoría de estos jugadores, ya sabían lo que era ganar un título con la Roja, y también con De la Fuente en el banquillo. Como suelen decir dentro de la Federación tras un éxito deportivo, “el título es la consecuencia del trabajo. Cuanto mejor preparado estés, más posibilidades de ganar”. Quizás sea este el título que más representa precisamente esa cadena de trabajo que existe en la RFEF y que se potenció desde la llegada a la presidencia de Luis Rubiales, en 2018, con una mayor inversión tanto en medios como en personal para trabajar con la máxima eficiencia.
Esta Nations League da brillo al éxito del modelo de la RFEF
Esta copa de la Nations League ha sido la máxima expresión de ese primer filtro de captación de talento que comienza en los Campeonatos Territoriales Sub-12, continúa con la aparición de la Selección española Sub-15 y permanece con un fluido trabajo entre seleccionadores territoriales y los nacionales y la filosofía de un modelo que en este siglo ya ha dado cuatro títulos a España con la absoluta, pero que en categorías inferiores la ha convertido en los últimos años en la mejor del mundo. Sin ir más lejos, la RFEF ha logrado en este 2023 un pleno en la clasificación a los respectivos Campeonatos de Europa de todas sus selecciones inferiores en categoría masculina (y también en la femenina). Es la segunda vez que se logra en sólo cuatro años y dicho pleno en estos Europeos de 2023 sólo lo han logrado España, Italia y Portugal.
“Para ganar títulos hay que saber ganar finales. Me ha fascinado mi equipo. Hemos mostrado una fortaleza mental impresionante”, explicaba Rodri al término de los penaltis dando a entender el punto de madurez que necesita un vestuario para afrontar momentos de tensión psicológica que puede afectar al rendimiento de un jugador. En este aspecto mental, Croacia es quizás la número uno mundial de los últimos años y esta generación de jugadores dirigida por Luis de la Fuente ha sabido no sólo hacer frente a ello, sino asumir el rol ganador que se llevaba buscando durante la última década.
Quien no conociera a Luis de la Fuente como técnico (quizás alguien le recordaba por ser uno de los jugadores que conquistó dos Ligas, una Copa y una Supercopa de España con el Athletic Club en la década de los 80) ya sabe un poco más de este hombre de fútbol tranquilo, de piernas arqueadas, cercano, educado, risueño, trabajador y que posee ese don para apretar en la tecla adecuada con cada jugador y sacarle el mayor rendimiento. “Eso se tiene o no se tiene… y él lo tiene”, como trataba de explicar una voz de la RFEF. “Ahora toca disfrutar un poco y pronto a volver al trabajo”, se despedía De la Fuente en Rotterdam.