Baraja está contento con la primera vuelta y el número de puntos obtenido, aunque asegura que lo que más le agrada es la "actitud" que ha mostrado el equipo durante esta primera parte de la Liga
VALENCIA. El Elche ha cerrado la primera vuelta de la Liga en su mejor momento de la temporada, instalado en la zona media de la tabla y con su único objetivo inicial de la permanencia encarrilada gracias a los 31 puntos que ha sumado y sin renunciar a la ilusión de pelear por el ascenso.
El conjunto que entrena Rubén Baraja, debutante en un banquillo profesional, alcanza el ecuador de la temporada tras sumar seis jornadas consecutivas sin perder, su mejor marca del curso, y con un calendario accesible en las próximas jornadas.
El Elche ocupa la décima posición, a solo tres puntos de la zona de promoción y a once del descenso, y ha superado las mejores previsiones durante la primera vuelta, sobre todo si se tiene en cuenta las complicadas condiciones económicas y anímicas con las que tuvo que conformar su plantilla en verano.
La entidad salvó una difícil situación económica y deportiva tras un descenso administrativo y tuvo que formar un nuevo equipo en dos semanas con catorce fichajes, la mayoría de ellos de jugadores jóvenes, cedidos y recuperados de clubes en los que tenía cedidos.
El Elche debutó con derrota en Ponferrada, pero la imagen fue buena y el equipo apenas tardó seis jornadas en situarse en zona de ascenso gracias a un juego alegre, vistoso y al gran rendimiento que le sacó a las acciones a balón parado.
Desde el inicio comenzó a emerger la figura de Sergio León como gran referente ofensivo. El delantero gaditano, cedido la pasada temporada al Llagostera, ha sumado doce goles en la primera vuelta y tres asistencias y es el máximo realizador del equipo y de la categoría.
El equipo de Baraja, cuyo juego era alegre y ofensivo, sufrió un pequeño bache con dos goleadas consecutivas ante Llagostera (4-1) y Mirandés (1-4), que provocaron algunas variaciones tácticas y generaron dudas.
El trazo del Elche desde entonces fue discontinuo, con victorias alternadas con derrotas y un juego que no terminaba de definirse. El periodo de indefinición coincidió con la baja por lesión de Lolo Ortiz, capitán del equipo y jugador que da equilibrio táctico, bien de centrocampista, bien de central.
Su regreso, a finales de noviembre, permitió al Elche recuperar la estabilidad y el equipo volvió a los orígenes para encadenar seis jornadas consecutivas sin perder, con victorias de prestigio ante Córdoba y Alcorcón o empates valiosos, como el de Valladolid.
Durante la primera vuelta, Baraja ha formado un esqueleto de equipo con varios jugadores casi intocables, como el meta Javi Jiménez, los defensas Armando Lozano o Álex Martínez, los centrocampistas Lolo, Mandi y Espinosa y, sobre todo, su delantero Sergio León.
Si bien, una de las características del técnico castellano ha sido dar minutos a todos los futbolistas, hasta el punto de que solo ha repetido una alineación durante todo la temporada y ha dado opciones a canteranos como Michael Anaba, Liberto Bertrán o Samu Martínez.
En el apartado negativo, además de la lesión de Hugo Álvarez destaca la pérdida de peso específico del lateral Miguel Ángel Garrido 'Cifu', quien de ser clave en el equipo y jugador icónico para la afición ha pasado en los últimos partidos a la grada por sus problemas con el club para renovar el contrato.
Otro de los déficits del Elche ha sido la falta de gol, ya que más allá de Sergio León apenas hay nada, ya que el jugador cordobés suma más de la mitad de los tantos de su equipo, un nivel al que no se acercan, ni de lejos, el resto de los atacantes.
Baraja está contento con la primera vuelta y el número de puntos obtenido, aunque asegura que lo que más le agrada es la "actitud" que ha mostrado el equipo durante esta primera parte de la Liga.
El técnico insiste en que el primer y único objetivo es la permanencia, cifrada en cincuenta puntos y que a partir de lograr esta meta el equipo se podrá plantear otros retos más ambiciosos.