VALÈNCIA. Hay cosas que me cuesta entender de esta gran mentira que rodea al fútbol…me fijo un poco en los partidos, en sus respectivas exigencias y en los resultados del Real Madrid: el equipo campeón de Liga, Copa y Súper Copa de España ha jugado un total de 58 partidos. En esa plantilla hay 8 jugadores que superan (o tienen) los treinta años, más cinco que tienen veintinueve. Han debutado seis chavales de la escuela y futbolistas como Isco, Dani Ceballos, Bale, Vallejo, Jovic, Mariano o Marcelo (todo sellos serían titularísimos en el Valencia CF) no llegan casi ni a los 400 minutos el que más. Luego estaría Hazard, con poco más de setecientos minutos. Todo esto viene a decirme que, a pesar de lo larga que es la plantilla, solo dieciséis futbolistas han sido utilizados de manera regular en Liga. En Champions estos números son todavía más extremos en tiempos de juego y aquí los rivales fueron de máxima exigencia (Chelsea, PSG, Liverpool, etc.). Y todo ello sin añadir los minutos con sus selecciones, claro.
¿Y por qué salgo por aquí, te preguntarás con parsimonia valencianista? El Valencia CF ha disputado este año un total 46 partidos (treinta y ocho de liga y ocho de copa); cuatro futbolistas (dos son porteros) superan los treinta años. El jugador que más ha jugado en Liga es Gonçalo Guedes, con un total de 2.690 minutos que, comparativamente, sería el sexto jugador con más minutos de la plantilla merengue. Si comienzo a hacer mi comparativa y veo los partidos que se han perdido Kroos, Modric, Casemiro y compañía, por lesión y me fijo en Gayá, Soler o Paulista por ejemplo, algo no me cuadra. En su gran mayoría, los jugadores valencianistas han disputado la mitad de minutos, pero han ofrecido menos de la mitad de rendimiento, más del doble de lesiones musculares, menos de la mitad de juego e intensidad y menos de la mitad de exigencia de los rivales. Esto, señores y señoras, es la prueba evidente de que la confección de la plantilla es un auténtico desastre.
Si queremos, podemos poner el foco en el cuerpo técnico que dirige Bordalás y cuestionar la deficiente planificación física si nos centrados en los resultados. El caso no es ese (aunque algo hay): la descompensación es tan grande que exige un trabajo doble con la mitad de minutos por parte de muchos futbolistas. El resultado, en cambio, luce la mitad. Quizá el ejemplo más claro es Carlos Soler, que, en la Selección parece otro muy distinto (en ritmo, en actitud, en rendimiento) y en su club luce taciturno y melancólico por el centro del campo. Es cómo y con quién rodeas tú al futbolista, porque este deporte no es de individuos a la intemperie: se trata de un juego colectivo, en el que el de al lado te puede hacer mejor o peor dependiendo de muchos matices y de cómo te cubre, te apoya, se ofrece, se desmarca, te desmarcas, etc.
El Real Madrid ha sacado hasta la última gota de juego de sus veteranísimos futbolistas, porque ha sabido siempre jugar a los equilibrios, a las compensaciones; y porque luego, en ataque, desde su verticalidad, dominio y calidad, te ha castigado una y otra vez. Tú, en cambio, no has conseguido ni un solo partido equilibrar fuerzas entre los tuyos y contra tus rivales. Siempre has sido inferior en el centro del campo y por eso te lo saltabas cuando tenías el balón: no podías darte oxígeno tocando, porque casi nadie la toca en este equipo; no podías tampoco darte oxígeno cuando replegabas porque debías correr treinta metros atrás para evitar que fueran muy visibles la grietas de su entramado defensivo (pobre); y no podías salir a la contra con rapidez, porque tu carrera era de setenta metros y así ibas matando, poco a poco, a los de arriba. Doble esfuerzo y mitad de rendimiento. No hace tanto podías tener a un tal David Villa marcando diferencias en la delantera: hoy sería un lujo impensable algo así. Esta es la degeneración del club.
No es señalar al técnico: de hecho, las amargas quejas de Bordalás vienen por aquí también, ya que no tiene mimbres para hacer un equipo equilibrado. Más de la mitad de esta plantilla no jugaría en la mayoría de equipos de primera división y a la vista está si nos fijamos en los traspasados recientemente o en los cedidos (Vallejo ha descendido y apenas ha jugado; Sobrino jugó más, pero no ha sido titular habitual; Jason, lo mismo que Vallejo, etc.). A mí me da que a los Racic, Cömert y Marcos André les viene justo para pisar, con asiduidad, los campos de primera. A Cheryshev…para qué nombrarlo ya. Foulquier es lo que es y bastante ha ofrecido, aunque realmente su calidad con el balón sea pobre. Yunus se ha evaporado por completo y ofrece lo mínimo en cada partido (hablo de rendimiento en lo colectivo, no de su esfuerzo); Maxi ha sido un futbolista muy irregular y nunca fue una baza fiable cara el gol. Con Hélder Costa no se contaba, ni antes, ni durante ni después; Bryan Gil también se evaporó de golpe y de todos los demás ya poco más puedo apuntar, porque lo han dado todo y, con altibajos, han ido completando una decente temporada.
El equipo ha jugado sin centro del campo y sin centrales de máxima garantía. No has tenido un gran goleador al frente, capaz de romperte un partido, incluso a pesar del excelente rendimiento de Hugo Duro. Has tenido que desgastarte en todos y cada uno de los partidos (daba igual que fuera el Arenterio que la final de Copa) porque al equipo le falta prestancia, aplomo, profesionalidad (quiero decir, cuajo profesional, experiencia), fútbol. Esta es la mano de Meriton Holdings Propietario en la planificación deportiva, ni más ni menos. Da igual a qué técnico traigas, porque tendrá el mismo problema.