La ausencia de los kenianos abría la puerta a 'outsiders' y el francés aprovechó la ocasión
VALENCIA. Pierre-Ambroise Bosse se convirtió, con un crono de 1:44.67, en el primer francés campeón del mundo de 800 metros con un ataque en la última curva de una final imprevisible en la que casi todos los contendientes partían con opciones de medalla.
El polaco Adam Kszczot, recogiendo cadáveres en la recta, se alzó con la medalla de plata con un tiempo de 1:44.95 y el keniano Kipyegon Bett completó el podio con 1:45.21.
La ausencia por lesión del campeón y plusmarquista mundial, el keniano David Rudisha, y la eliminación prematura de sus compatriotas Emmanuel Korir -líder mundial del año con 1:43.10- y Ferguson Rotich dejaba muy abierta la final de las dos vueltas.
Era una gran oportunidad para "outsiders" como el botsuanés Nijel Amos, segundo en la lista mundial con 1:43.18, que regresa al estadio donde logró plata olímpica con un registro impresionante de de 1:41.73.
También para el polaco Adam Kszczot, dos veces campeón de Europa pero pendiente, a sus 28 años, de una consagración mundial; para Bosse, cuarto en los Juegos de Río, o para el campeón mundial sub-20, Kipyegon Bett.
El canadiense Brandon McBride pasó en cabeza el 400 en 50.76 y el grupo llegó unido al comienzo de la última curva, donde Bosse hizo su apuesta ganadora. Tomó la cabeza y la mantuvo hasta el final, mientras por detrás el polaco progresaba hasta el segundo puesto.