VALENCIA. Hace varias cursos parecía impensable ver con una buena entrada el Coliseum Alfonso Pérez. La crisis afectó a un club que perdió la magia en la grada y las imágenes televisivas revelaban en ocasiones un campo casi desértico con un aspecto desolador. Pero eso ha cambiado. En los dos últimos años, la afición del Getafe ha regresado para quedarse.
Curiosamente, cuando el club madrileño descendió a Segunda División al final de la temporada 2015/16, volvió a aparecer ese sentimiento de pertenencia al club que, con sus buenas políticas de de captación de abonados, consiguió que su masa social repuntara en la segunda categoría del fútbol español.
Conforme fue pasando el año y el Getafe luchaba por el deseado ascenso, la afición de la entidad madrileña se fue enganchando cada vez más hasta acudir en masa al Coliseum Alfonso Pérez para colorear un campo que presentó entradas muy buenas en el último tramo de una campaña que acabó con el premio de subir de categoría.
En verano, la captación de abonados fue un éxito y el Getafe superó su mejor registro, cuando en su primer ascenso en la temporada 2004/2005 llegó a los 10.000 socios. El Coliseum, con una capacidad de 17.000 asientos, tiene este año más de 12.000 abonados que son fieles cada jornada. Y, además, hay lista de espera.
Pero faltaba colgar el cartel de no hay billetes para confirmar definitivamente la recuperación definitiva de la afición por el fútbol en Getafe. Contra el Barcelona y el Sevilla se vieron entradas muy buenas, pero el Coliseum no se llenó. Pero, este sábado, el Real Madrid será el equipo que conseguirá llenar el estadio azulón.
A falta de tres días para el encuentro se vendieron todas las entradas. Ya no hay papel. Y eso es algo único en la historia del Getafe, que nunca había conseguido llenar su estadio con una visita del Real Madrid.
En la campaña 2005/2006 estuvo cerca, se quedó a 500 asientos de vender todos los billetes y, más de una década después, el Real Madrid de Zinedine Zidane tendrá el honor de ver por primera vez abarrotado un campo que ya ha dejado de presentar un aspecto desolador.
Hace tiempo que el Getafe juega de verdad en casa, con una afición que colorea el Coliseum y que anima como en los mejores tiempos. La marea azul y el club han conseguido una comunión muy importante para los jugadores, que necesitan el calor del público para afrontar los retos que propone el césped.
El esfuerzo de Ángel Torres por bajar los precios de los abonos, la respuesta positiva de la afición azulona ante las ofertas de su club, la buena imagen de los jugadores sobre el césped, y el lavado de cara del Coliseum este verano (asientos nuevos, cambio del sistema de riego, coloreado de la grada, instalaciones eléctricas renovadas...), han generado una nueva ilusión que se traducirá con un llenazo este sábado ante el Real Madrid.