VALÈNCIA. El capítulo de incorporaciones comienza a tomar color en el Levante. La operación de Roberto Soldado encaja a la perfección con los intereses granotas: un delantero goleador -posición prioritaria a reforzar desde el final de Liga-, con experiencia, que ya ha expresado internamente su deseo de volver a su tierra y, además, con unas condiciones económicas que entran dentro de lo que la entidad se puede permitir en una ventana de traspasos con márgenes muy estrechos. Los alrededor de 500.000 euros que el Levante ha de pagar por el delantero valenciano antes del 30 de junio concuerdan con aquellas "incorporaciones a precio reducido" que desde la secretaría técnica se tratan de encontrar.
Mientras, los trabajos también han ido encaminados al lateral zurdo. En esa demarcación uno de los jugadores en agenda fue un Fran García que en las últimas fechas se ha complicado a través del ascenso del Rayo Vallecano a Primera División. Un fracaso franjirrojo en el playoff frente al Girona hubiera abierto las puertas del carrilero, que pretende jugar sí o sí en la élite del fútbol español el curso que viene. Eso, ahora, se lo puede ofrecer el Rayo, que pretende ejecutar la opción de compra de 2 millones de euros por el 50% del manchego -perteneciente al Real Madrid- para quedárselo y, en caso de que lleguen interesados a sus despachos, que lo hagan plusvalía mediante. Por ahí, de momento, se enquista el caso de Fran García, por lo que los esfuerzos se han dirigido hacia otro lateral, este propiedad del Villarreal, que ha miltiado esta campaña precisamente en el perdedor de esa eliminatoria, el Girona.
Son los dos casos, en dos de las posiciones prioritarias a reforzar, más avanzados en el Ciutat. Especialmente el de un Roberto Soldado que ya ha comunicado a sus allegados la decisión de aceptar los dos años que le ofrece el Levante, para terminar con 38 años en Orriols y, entonces, ya se verá. Eso sí, para que entre Soldado, antes o después hay que aligerar en el frente ofensivo del equipo de Paco López. La primera opción para hacer las maletas por parte del club es la de Sergio León, al que todavía le resta un año de contrato como granota y que el verano pasado quiso quedarse pese a varias invitaciones a salir en forma de no convocatorias cuando el mercado daba sus últimos coletazos. Entonces el cordobés quiso convencer al técnico de Silla para borrar las sensaciones insulsas de su primera temporada en el Levante, pero sin embargo nunca ha terminado de ser importante a las órdenes del entrenador. Su situación actual es parecida a la de hace algo menos de un año: la intención es que salga pero su entorno mantiene el discurso de que es feliz en la ciudad.
Más cerca de hacer las maletas está Toño García, quien se mantiene a la espera de resolver su situación con el club, bien a través de un traspaso lógicamente a la baja, o con el corte que el Levante posee sobre su contrato antes de julio. El de Alcalá de Henares está en la agenda de varios equipos de la Primera División tal y como desveló este periódico, pero es menester acelerar su situación para acometer incorporaciones. El club de Orriols no pretende cerrar el ejercicio sin pérdidas -tendría que vender por 16,5 millones antes del 30 de junio y eso no parece estar cerca de ocurrir-, pero a lo largo de la ventana de transferencias tendrá que equilibrar el coste de su plantilla. Si no es ahora, con la próxima llegada de Soldado, habrá de ser más tarde. El apartado de salidas sigue pendiente de despegar.