VALÈNCIA. El Levante ha anunciado este lunes el balance del ejercicio económico de la pasada temporada con unas pérdidas de 23,2 millones de euros y que se convierten en las peores cuentas desde que Quico Catalán accediera a la presidencia en 2010.
El Levante había presupuestado un ligero beneficio de 133.000 euros para el ejercicio 20-21, pero el hecho de que no vendiera a ningún futbolista durante el mercado de fichajes del pasado verano, tal y como se había comprometido por una cantidad de 16,5 millones de euros, ha disparado el déficit hasta algo más de 23 millones antes de impuestos.
Las causas de esta desviación se deben, según fuentes del club valenciano, a un descenso en los ingresos de televisión, de unos tres millones de euros aproximadamente, a la ausencia de ingresos por abonados durante la temporada pasada y a distintos gastos imprevistos derivados del COVID-19.
Además, el Levante ha previsto un superávit para la temporada 21-22 de 89.000 euros después de impuestos, con un presupuesto de ingresos en el que incluye una cifra de negocio neto de 65,8 millones de euros, con unos ingresos procedentes de los derechos de televisión que alcanzarían los 53,3 millones.
El club que preside Quico Catalán también manifiesta en su presupuesto una intención de vender jugadores por valor de 10,5 millones de euros antes del próximo 30 de junio de 2022.
La Junta General Ordinaria de Accionistas se celebrará el próximo 22 de diciembre en primera convocatoria en València y para asistir a la misma se necesita ser titular de un mínimo de diez acciones, informó el club valenciano.
La cita tendrá únicamente tres puntos en el orden del día: Examen y aprobación, en su caso, de las Cuentas Anuales correspondientes al ejercicio 20-21; Examen y aprobación, en su caso, del Presupuesto de Ingresos y Gastos para el ejercicio económico de 21-22; y aprobación del acta y, en su caso, designación de interventores.