VALÈNCIA. Ocho puntos separan ahora mismo al Levante del hoyo del descenso a falta de doce por disputar. La brecha es, visto lo visto, grande con los clubes de abajo, que difícilmente sumarían tal cantidad de victorias para alcanzar a los granotas en la tabla. Necesario será sellar de una vez la permanencia en Mendizorroza, en cualquier caso. El siguiente encuentro intersemanal alberga la visita del Barça y, pese a la distancia con el agujero, será conveniente para el cuadro de Paco López no tener que esperar resultados de los rivales para que el Getafe, en la penúltima jornada, no sea rival directo.
El descenso no es una preocupación que, de momento, ahogue en Orriols. Sí lo es el momento de forma del equipo y, sobre todo, el poso que deje este final de curso de cara a la temporada que viene, no solo con la credibilidad del proyecto en juego, sino también la del propio técnico, que hasta ahora nunca ha vivido un final de temporada tan convulso como el actual en lo que se refiere estrictamente a resultados. Y eso que hace dos meses, antes de que el descenso en picado del Levante comenzara tras la eliminación de Copa nueve jornadas de Liga atrás, a la campaña granota se le había puesto cara de histórica.
Ni siquiera en la recta final de la 18/19, cuando el Levante terminó amarrando la permanencia a un suspiro de la conclusión del campeonato en Girona, el conjunto de Paco López acumuló una puntuación tan pobre como la que, por el momento, está recogiendo. Hoy suma 6 puntos de los últimos 27, es decir, en los últimos nueve envites; entonces, se lograron 14 puntos desde la jornada 26 hasta el final. Es un dato escalofriante. Un número de descenso. Tanto que, de los clubes que clasifican a estas horas por detrás del Levante en la tabla, solo el Eibar tiene peores datos (4 de 27). Es el colista. Resulta evidente que ahora mismo a los levantinistas les salva el gran inicio de 2021 y eso preocupa en el seno de la entidad.
Si el cuadro del técnico de Silla es capaz de ganar los cuatro encuentros que le restan, habría conseguido 18 puntos de los últimos 39 de La Liga. Se superaría el dato de aquel final de curso tan dramático y que quitó tantos años de vida en la parroquia levantinista (14). La campaña pasada fueron 17 los puntos que se cosecharon en esa recta de meta de trece citas. Una temporada en la que, tras cerrar la salvación en la goleada al Betis en La Nucía, el Levante de Paco López echó el freno en dos partidos muy pobres ante Mallorca y Leganés. Sin embargo, en la primera temporada del entrenador valenciano en el timón del barco granota -la única no completa en su currículum en el Ciutat- el Levante firmó 26 puntos para llegar plácidamente al cierre del torneo. En aquella carrera hacia la permanencia también computó el punto ante el Espanyol que Muñiz arrancó antes de ser sustituido por Paco López y que este pusiera en marcha la maquinaria hacia la tranquilidad.
El proyecto general del Levante está en tela de juicio y el reto principal, además de no meterse en problemas mayores, es devolverle el color y la credibilidad. Eso es lo que corre ahora mismo por la mente de los futbolistas del Levante: no empañar una temporada que había cogido tintes épicos. Aún así, el camino que pisa hoy el equipo lleva a un lugar muy concreto: el peor final de Liga de la era Paco López.