El Levante se abonó al final de infarto en el último 'deadline day' de mercado

VALÈNCIA. Primer deadline day de mercado de Felipe Miñambres en los despachos de Orriols. El director deportivo del Levante ultima la planificación de plantilla del cuadro de Mehdi Nafti, que tendrá que ver cómo sale alguna pieza de su vestuario en pos de que los dos futbolistas que restan por inscribir puedan ser registrados en la plataforma de La Liga. Este miércoles, último día de plazo para cerrar operaciones, puede volver a ser un día de movimientos sobre la bocina en el Ciutat. Es algo a lo que, por cierto, la parroquia levantinista se ha acostumbrado en los últimos veranos con Manolo Salvador y David Navarro al frente del Área Deportiva granota.

Concretamente hace un año, el Levante vivió un último día ajetreado en lo que se refiere a la rampa de salida. Después de haber cerrado la incorporación de tres hombres -Soldado, Franquesa y un Brugui que acabó cedido en Miranda del Ebro-, el día límite amaneció con la necesidad de venta ante otro desfase de futbolistas a inscribir en competición. Entonces el club utilizó el acuerdo de La Liga con el fondo británico CVC para alistar a casi todas sus piezas, pero en la plantilla de Paco López pululaban futbolistas con los que el de Silla no contaba. 

Sergio León había estrechado días atrás un acuerdo con el Valladolid y el Levante dejó salir en libertad al delantero cordobés en las últimas horas de mercado, las mismas en las que cedió su dorsal '7' de primer equipo a un Álex Blesa que por contrato mantenía el compromiso de la entidad de ser jugador del primer equipo. Blesa, que había sufrido una lesión importante durante la pretemporada, no encontró destino y quedó como un jugador más de una larga lista de 28 jugadores inscritos, contando con Álex Cantero o Dani Cárdenas, con 'ficha B' pero en dinámica total de primera plantilla. 

Como aquel en 'caso Blesa', hoy cedido en la Cultural Leonesa, ocurrió algo parecido con Pepelu. El dianense, a quien el propio Paco López le había transmitido la dificultad que iba a encontrarse para acumular minutos ante el overbooking de centrocampistas en nómina, acabó sin progresar en las dos grandes opciones de salida que manejó el pasado verano -Clérmont y Getafe- por petición expresa de Quico Catalán de no deshacerse por completo del jugador en vistas a su último año de contrato. Las negociaciones fueron rotas al establecer ciertas líneas rojas que, en su caso, no aceptó el conjunto francés y Pepelu acabó siendo registrado con el '8', que hasta ese momento tenía asignado Hernani, otro de los grandes protagonistas de aquel 31 de agosto.

El extremo portugués había regresado de su cesión en Arabia y, lejos de cerrarle una salida en el último día de mercado, la dirección deportiva le dejó sin ficha, jugó sobre la línea ante posibles represalias legales y permitió al futbolista marcharse a su país a entrenarse en solitario antes de acordar su rescisión dos meses más tarde, en octubre, ya con Mustafi aterrizado en Valencia. El hueco que el Levante abrió barriendo a Hernani de sus listas tras no haberlo podido sacar en plazo se usó para que el zaguero alemán llegase libre ya con la ventana de transferencias cerrada a cal y canto. Así de movido fue el último deadline granota. Meses más tarde, en invierno, se iba a repetir la historia con el fichaje de Martín Cáceres en la recta final y la llegada de Chelo Saracchi, rescindido en Leipzig, también fuera de plazo y ya con Miñambres en el club.