VALÈNCIA. El Levante completó a medias el mercado de invierno con la llegada únicamente de un central cuando también buscaba un atacante y en los próximos días abordará el inicio de la planificación de la próxima temporada, en la que salvo una reacción histórica estará en Segunda división.
Al Levante sólo ha llegado el uruguayo Martín Cáceres, que se incorporará al equipo después de jugar con su selección en la madrugada de este martes y que reforzará la línea defensiva, mermada por la baja por lesión del alemán Shkodran Mustafi.
El presidente Quico Catalán, que junto al entrenador Alessio Lisci y tres miembros del departamento técnico del Levante han trabajado desde diciembre en busca de refuerzos, intentó hasta el cierre del mercado el fichaje del valencianista Manu Vallejo, pero el delantero gaditano se decantó por el Alavés.
El capítulo de salidas tampoco ha sido el esperado. Sólo los jóvenes Pablo Martínez y Álex Blesa se han marchado cedidos al Huesca y al Castellón, respectivamente, y futbolistas como Nikola Vukcevic, Dani Gómez o Coke Andújar, con un rol completamente secundario en el equipo, seguirán hasta junio.
Es precisamente en el mercado de verano en el que el presidente Quico Catalán se centrará a partir de ahora. Ya anunció que una vez superado el mes de enero abordaría la contratación de un nuevo director deportivo, ya que el tándem formado por Manolo Salvador y David Navarro fue destituido en diciembre de 2021.
El nuevo director deportivo del Levante tendrá que decidir el futuro del entrenador Alessio, que acaba contrato en junio, y de los futbolistas Coke, Vukcevic, Radoja, Duarte y Pepelu, que terminan su vinculación con el Levante el próximo verano y sólo Pepelu ha recibido una oferta de renovación por parte del club.
No serán esos los únicos casos que deberá estudiar el nuevo responsable deportivo, pues Enis Bardhi, Jorge Miramón, Carlos Clerc y Dani Cárdenas también podrían alargar su etapa en València según distintas cláusulas de su contrato y hay otros, como Morales, Campaña o Vezo, cuyos emolumentos son inviables, a priori, en Segunda.
Porque el Levante, que es colista de Primera y está a nueve puntos de la permanencia después de haber ganado únicamente un partido en la temporada, tiene una misión casi imposible por evitar el descenso, que acarrearía un profundo cambio en la plantilla.
Todos estos movimientos están sujetos al compromiso que adquirió el presidente Catalán en enero, cuando aseguró que al final de la presente temporada se sometería a un examen del levantinismo para decidir si seguirá en el cargo y al frente del Levante.