VALÈNCIA. La pandemia obligó a suspender casi todos los maratones del año pasado. Millones de corredores ‘esposados’ durante meses sin posibilidad de ponerse un dorsal. El fin del mundo. Aunque Londres y Valencia, en el último tramo de 2020, dieron un paso al frente y se arriesgaron a organizar una carrera solo para élite. Las hojas del calendario siguieron cayendo y al llegar la primavera todo siguió prácticamente igual. Unos se suspendieron y otros decidieron desplazarse al otoño de 2021. Esos cambios han propiciado que este vaya a ser el otoño más intenso desde que se corren maratones, con siete de las pruebas más importantes del mundo en apenas unas semanas.
Este domingo empieza al baile en Berlín, el lugar donde se han batido once récords del mundo. Saldrán 25.000 corredores y al frente de todos ellos estará el gran Kenenisa Bekele, autor, precisamente allí, de la segunda mejor marca mundial de todos los tiempos: 2h01:41. A solo dos segundos del récord del mundo que batió Eliud Kipchoge también en la meta próxima a la Puerta de Brandeburgo. Luego vendrán Londres, Chicago, Boston, Ámsterdam, Nueva York y València, que se disputará el 5 de diciembre con 18.000 corredores, de los que 130 mujeres han bajado de las dos horas y cincuenta minutos y 120 hombres, de las dos horas y media.
Bekele no solo intentará ganar en Berlín: también lo intentará en Nueva York el 7 de noviembre, seis semanas después. Un reto mayúsculo. Pero nada comparado con el que piensa acometer Shalane Flanagan, la maratoniana estadounidense que va a correr los seis ‘majors’ en 42 días. Lo han bautizado como Proyecto Eclipse y el propósito es bajar de las tres horas en todos ellos.
Flanagan, una atleta que ha sido cuatro veces olímpica -logró la medalla de plata en la final de los 10.000 metros de los Juegos de Pekín, en 2008-, se retiró en 2018 después de acabar tercera en el Maratón de Nueva York. Un año antes se había convertido en una celebridad al ser la primera mujer estadounidense en ganar la carrera en cuarenta años.
La atleta, que cumplió 40 años en julio, se operó dos veces de la rodilla y en otoño de 2019 volvió a correr. Flanagan, que se ha convertido en entrenadora del Bowerman Track Club, el club de Jerry Schumacher, el entrenador que la encumbró, ha tenido tiempo para escribir un nuevo libro de cocina y hasta de adoptar un niño. Luego miró el calendario y vio que todas las grandes carreras estaban concentradas en algo más de cuarenta días y pensó que era algo que, probablemente, no fuera a suceder otra vez en la vida. “Es una oportunidad para dejar un recuerdo increíble porque es una oportunidad única en la vida. Nadie ha hecho esto antes porque no había sucedido antes, y pienso que yo puedo ser la única persona que lo haga”, explicó a la revista ‘Self’.
Este domingo estará en Berlín, donde tendrá que lidiar con el cambio horario, luego se desplazará a Londres para correr el 3 de octubre. Acabará y regresará inmediatamente a Estados Unidos porque el 10 tendrá que salir en Chicago y, al día siguiente, en su ciudad, en Boston. El día 17, que correspondía al Maratón de Tokio, correrá en Portland (Oregon), donde vive ahora muy cerca de sus padres, los 42,195 kilómetros, y el 7 de noviembre regresará a Nueva York para intentar acabar en menos de tres horas su sexto maratón en 42 días.
Shalane y su marido, Steven Edwards, comenzaron a pensar en la adopción el verano de los Juegos de Río, en 2016. Estuvieron haciendo trámites hasta que una mujer aceptó cederles a su hijo cuando naciera. El parto se produjo el 28 de abril de 2020. Nació alrededor de las nueve de la mañana y Shalane llegó al hospital dos horas después. El bebé estaba perfectamente y a las tres y media iban camino de su casa con el niño en el coche mientras llamaban a sus padres porque no tenían pañales -lo dejaron por pura superstición-.
La pareja le puso Jack al bebé. Jack era el nombre del abuelo paterno de Shalane, un hombre que fue aviador en la II Guerra Mundial y que construyó la casa donde creció el padre de la atleta. Con un niño en casa, Shalane conoció esa sensación de poder estar observando durante horas cómo duerme la criatura. Durante esas primeras semanas, en lo más crudo de la pandemia, aquella mujer se sintió un poco culpable por ser tan dichosa en un momento tan triste.
Un día leyó una noticia que la sacudió: la mitad de las chicas dejan de hacer deporte a los 17 años. Le pareció algo terrible y se sintió en la necesidad de mandarles el mensaje de que el atletismo, el deporte, hizo de ella una persona mejor, convirtió a una chica tímida en una mujer segura de sí misma. Y ahora quiere aprovechar este reto para difundir ese mensaje con la intención de que cale entre las adolescentes.
Shalane Flanagan, que cuenta con el respaldo de Nike en esta aventura, colaborará con Inside Tracker, que aprovechará estos 42 días para analizar concienzudamente el cuerpo de la atleta estadounidense con la idea de lograr avances en materias como la nutrición o la recuperación. Shalane ha convertido en realidad ese consejo algo cursi de los cursos de ‘coaching’ que dice aquello de que si la vida te da limones, haz limonada.