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El mercado de la discordia

19/01/2022 - 

VALÈNCIA. Dos no pelean si uno no quiere. Esa frase es una gran verdad que se puede aplicar en multitud de situaciones en la vida y, por supuesto, la vamos a aplicar a la actualidad valencianista con todo lo que está ocurriendo. ¿Priorizar lo deportivo o lo económico? ¿Traer algo que le encaje al entrenador o fichar algo que le venga bien al club? El dilema está servido, está siendo un mercado para la discordia.

Mirad, esto es como cuando uno de pequeño hacía la carta a los Reyes Magos o una lista para su cumpleaños. Empieza a pedir juguetes, videojuegos o consolas que, en algunos casos, son asequibles y en otros son inalcanzables para sus padres. Uno las pide porque les gustan, sabe que va a jugar con ellas y, encima, las merece porque se ha portado fenomenal durante el año. A pesar de que todo parece que encaje no es tan sencillo como puede ser a primera vista, sobre todo si la familia no dispone de los recursos necesarios para ello.

Ahí, los padres tienen varias opciones: hacer un gran esfuerzo y satisfacer a sus hijos; traer algo parecido pero no igual; traer lo que sea para que no se quede sin regalo; o, por último, no traer nada.

Evidentemente la primera opción es la idónea si tienes posibles, dinero y músculo económico. Satisfacer los deseos de tu hijo –en este caso entrenador- sería lo ideal porque sabes que le va a gustar y le sacará partido. La segunda opción, la de traer un sucedáneo que sepas que le puede gustar es una vía interesante si tienes el “ok” en cuestión o sabes que le va a sacar partido porque conoces sus gustos. La tercera, la de traer cualquier cosa es una auténtica lotería puesto que igual le encanta a primera vista que por el contrario te la tira a la cara. Y por último, no traer nada conlleva el riesgo de que debas darle una buena explicación para que no te monte un buen pollo al llegar el día con las manos vacías y no tener con qué jugar.

Pues con el mercado de fichajes del Valencia CF está pasando igual. No hay dinero como para traer exactamente lo que pide –o más le gusta al Míster- pero sí para traer un sucedáneo o alternativa. El problema es que no hay acuerdo en que la alternativa termine de gustarle o encajarle.  Hay jugadores avanzados pero ninguno le cubre las necesidades al entrenador. Entonces ¿Qué sentido tiene esto?

Es como si el entrenador pide la Playstation 5 con el FIFA 22 y le pueden traer la Nintendo Switch o, en todo caso, una XBOX Series X prestada hasta verano con posibilidad de compra y solo con un juego de Fórmula 1.  Sí, puede servir para jugar, pero no es lo mismo.

Se ha especulado mucho con que Bordalás estaba viviendo lo mismo que Javi Gracia la temporada pasada. No estoy del todo de acuerdo con eso. Puede que haya similitudes en algunos aspectos como en la discrepancia a la hora de elegir el nombre a reforzar, pero  el agravio comparativo con el técnico de la temporada pasada es enorme. Nos gustara más o menos, pero a Javi Gracia le vendieron a los futbolistas más importantes de la plantilla y no le trajeron a nadie. Absolutamente a nadie. Sin embargo, a Bordalás sí que le mantuvieron los jugadores importantes y le hicieron fichajes directamente pedidos por él y alguno más que apareció como oportunidad de mercado pero que llevó el visto bueno del técnico alicantino. Vamos, que a Javi Gracia le vendieron la consola, los juegos y hasta los mandos; y únicamente le dejaron en el cajón unas piezas para reconstruir el PC que había en casa y que llegaba justito para hacer funcionar el FIFA 98 - Rumbo al Mundial de Francia.

Es evidente que hay discrepancias deportivas entre el entrenador y el club. El propio entorno del entrenador lo reconoce, aunque matizan que no al nivel que se especula de guerra abierta y espantada –al menos de momento-. El propio Bordalás ha intentado mantener la cordura y el foco puesto en lo deportivo para no volverse loco después de la sucesión de movimientos, intereses, noticias y declaraciones que hay últimamente alrededor del mercado valencianista.  

Es verdad que están saliendo jugadores –hasta cinco futbolistas tenía el Valencia CF en mente sacar y ya van tres- pero no son de los más importantes y hasta es complicado sacar algo por ellos teniendo en cuenta su rendimiento. Solo me chirría el tema Wass, del que ya explicamos qué suponía sacarlo –sigo pensando que le quedan capítulos a esa historia- y el problema que se avecinaría al hacerlo. Pero por otra parte, es justo decir que el Valencia CF  ha tenido la oportunidad de traer de manera inminente a algún futbolista y no lo ha hecho al no ver cumplidas las expectativas del técnico. No quieren otro capítulo de Ferros, Cutrones u Olivas con la problemática que supone luego.

Por eso, de la rueda de prensa de ayer interpreto que Bordalás no quiere jaleos, líos ni polémicas. Sabe que está ante la gran oportunidad de su carrera entrenando a un gran equipo y prefiere ver cómo se desarrolla el mercado guardando –al menos por ahora- las diferencias para las reuniones internas. “Ya habrá tiempo para que ustedes me pregunten y yo les responda estas cuestiones” decía el entrenador. Parece un tópico, pero el cuerpo técnico tiene esperanza de que lleguen refuerzos que puedan cubrir las expectativas.

No obstante podemos hacer símiles, comparaciones o ejemplos, pero bien por unos o por otros toda esta situación debería haber estado resuelta con el suficiente tiempo como para poder asumir o afrontar los fichajes que pedía Bordalás a día 1 de enero. El club ha tenido cuatro meses para traerle un jugador al menos que estuviera entrenando en Paterna y disponible para estas jornadas. Así que pónganse de acuerdo, reduzcan sus diferencias, busquen el equilibrio o, como ustedes llaman, “el consenso” porque el presente y futuro de la temporada está en juego.

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