VALÈNCIA. El mérito de 'Pipo'. Baraja cumple este martes un mes como entrenador del primer equipo y lo hace con un inicio más que suficiente en el difícil contexto que aterrizó en el club. Una plantilla en caída libre que Baraja ha conseguido enchufar para que crea en la permanencia.
En primer lugar, no era fácil activar a un equipo que volvió a sufrir la 'espantada' de otro entrenador. Dominador de los códigos del fútbol, Gattuso abandonó a la plantilla más joven de Primera por otros motivos a la actitud del vestuario. La figura de Voro fue otro error grosero de la gestión y agravó todavía más una herida difícil de cerrar.
Baraja ha otorgado sentido común a la situación deportiva del Valencia. Un equipo limitado... y práctico. El vallisoletano ha puesto orden a una situación caótica y que visto con perspectiva se había vuelto un poco 'marciana' con Gattuso. Sacando la pelota con Diakhaby, jugando al primer toque en el área... la idea de un entrenador por encima de la plantilla que atesora.
En este sentido, lo cierto es que Baraja ha tenido muy claro lo que tiene encima de la mesa. Basta de arriesgar por el centro, de perder balones fáciles y de conceder, conceder y conceder. Ese es el gran mérito del 'Pipo' en su llegada al Valencia. Porque la fragilidad defensiva del Valencia no era cosa exclusiva de Gattuso.
El Valencia ha tenido una infinidad de problemas para ser sólido, que era justamente lo que buscó Bordalás durante toda la temporada. Pasó a bloque bajo, cambió de pareja de centrales y acabó hasta jugando con defensa de cinco para que Mamardashvili no fuese siempre el gran protagonista del partido. En los últimos partidos, el georgiano ha reducido mucho sus intervenciones y acabó el pasado sábado sin tener que hacer ninguna parada. Con poco tiempo, Baraja ha conseguido que el Valencia sea ordenado, aunque le cueste un mundo hacer gol. Ese es el camino para conseguir regularidad.