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El momento es para todos

16/12/2021 - 

VALÈNCIA. Caídos en Copa del Rey tras otra debacle, pero a tiempo de todo en lo que hoy al Levante la debe de importar. Alcoy se suma a la colección de esperpentos defensivos, el equipo “toca fondo” –en palabras de su propio entrenador- y ahora La Liga queda como autopista libre hacia un destino prioritario que, por mucho que el club se ancle en lo más profundo de la clasificación, sigue estando a mano. La permanencia queda a siete puntos a estas alturas, restan 63 por jugar y ser conscientes de que ahora solo se puede mirar hacia arriba es el primer paso para lograr una gesta que, ya de entrada, entraría en la historia del fútbol español. Con el récord del campeonato en partidos consecutivos sin victoria, salvarse sería como el que gana un trofeo siendo la cenicienta. Nadie da un duro por el Levante, pero el Levante ha de apostar billetes por sí mismo. Lo contrario es la perdición.

Hay razones para hacerlo aunque cueste encontrarlas. El momento es difícil de empeorar, pero es un momento para todos. Desde el primer responsable al último del vestuario. De un Alessio recién llegado y visiblemente afectado cuando abandonó El Collao el martes, hasta un Morales solitario y pensativo fuera de la hierba, pero que fue la esperanza y la revolución dentro de ella. La situación merece una reflexión profunda, una conversación tan directa –y mucho más duradera- de la que el propio vestuario tuvo en el descanso ante el Alcoyano, cuando saltó al campo tras cinco minutos de intermedio y mucho tiempo antes de que el rival hiciese lo propio.

Dijo Alessio que aquella charla “estuvo entretenida”. El italiano no se casa con nadie y tiene por ahora toda la confianza para tomar decisiones, para mover piezas a priori inamovibles, y para, de vez en cuando, pasar de la táctica a la actitud -porque de eso, más que de fútbol, fue la película de El Collao-. ‘Para mí entrenar al Levante en Primera es un sueño y nadie me lo va a arruinar’. Es una de las primeras ideas con distintas palabras que el romano transmitió a sus nuevos jugadores incluso antes de ser confirmado como técnico para el resto de temporada. Alessio va con todo y aglutina la fe de la mayor parte del vestuario. Están con él. No hay motivos para no arrimar el hombro y evitar que el barco esté hundido cuando todavía puede salir a flote.

Cierto es que la última parte del curso se pondrá cuesta arriba –la relación de rivales para las nueve últimas jornadas es para echarse a temblar-, como también lo es que las sensaciones actuales no son las de hace un mes, el ‘desnorte’ no es el de Javi Pereira, los brotes verdes existen –al margen del ‘sin Dios’ defensivo- en jugadores que aportan ya más allá del fondo del armario como Dani Gómez, Pepelu o Cantero… y que una victoria en el derbi del lunes haría olvidar el tortazo copero y esbozar una media sonrisa. Porque no nos engañemos: el deporte es competir, y competir es ganar. El Levante no quería echar por tierra la Copa, pero este año no iba a entrar en los sueños de nadie y viene bien centrar el tiro en rehuir la pesadilla. Salir a flote, apretar los dientes y creer que es posible achicar agua… si todos el mundo se arremanga.

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