VALÈNCIA. Elx siempre fue una plaza complicada para el Llevant. Desde antiguo. Tengo un dibujo de Masià colgado en mi despacho. Me lo regaló Miquel Nadal, uno de los mejores columnistas de este país. Un levantino “blanquinegre” subido a una palmera se lamenta de que los dátiles estén aún verdes, tras el largo trayecto. Un viaje a la ciudad del Misteri en los años 20 y 30 podían ser cuatro horas. Aun así había incondicionales que se armaban de valor. Siempre ha sido un desplazamiento apetecible. Por la sintonía entre hinchadas y por la propia ciudad, a la que viajan 1.200 granotes este sábado. Llevarán en volandas al once blaugrana que despierta ilusión, tras la progresión ante el Eldense, en uno de los mejores partidos del Llevant de Calleja en Orriols, con ritmo, ocasiones, goles e inteligencia táctica.
Cuando escucho los rumores del retorno de Morales o de la reincorporación de Campaña me echó a temblar. El Llevant de Muñoz, Valle, Rey, Lozano, Pablo, Cantero, Bouldini, etcétera es capaz de inyectar energía e ilusión entre la afición, sobre todo porque no arrastra el poso cansado de un vestuario con futbolistas resabiados y caprichosos. Las plantillas necesitan regenerarse, hasta las mejores. Por buenos que sean sus integrantes. Es importante pasar página porque la ilusión y la ambición son variables poderosas en el fútbol. El nuevo vestuario está lleno de eso. El aficionado lo percibe cuando ve la actitud de los jugadores sobre el césped, el hambre, la solidaridad, el compañerismo, las sonrisas, la determinación. Incluso un veterano de la entidad de Ander Capa, todavía lejos de su mejor estado de forma, ya conecta con la grada: se vacía y tiene la inteligencia emocional que dan los años para equilibrar tanta efervescencia en el equipo y para guerrear en el ámbito del otro fútbol.
Este Llevant tiene nuevos líderes que permiten a sus compañeros desplegar sus mejores virtudes. Hay que dejar evolucionar la situación y este equipo nos llevará a Primera. Porque además de todo lo expuesto, hay talento y calidad a raudales. Por eso ¡ojo con romper equilibrios! No olvidamos que Cruyff llegó en 1981 con la escuadra blaugrana en posiciones de ascenso a Primera y, siendo un futbolista superlativo, se cargó el equilibrio del vestuario. El Llevant acabó la Liga en tierra de nadie, tras una segunda vuelta decepcionante, bajo el liderazgo del astro holandés. Ahí lo dejo.
••• Rafael Solaz. Granota de los de planificarse en función del partido de su Llevant, acaba de convertirse, por unanimidad, en Hijo predilecto de la ciudad de Valencia. Bibliófilo, investigador, escritor, librero, divulgador histórico, hombre culto y dialogante, gran conversador… Rafael Solaz, a sus 73 años, es un personaje imprescindible para la cultura valenciana del último medio siglo. Algunos levantinistas han solicitado al club que haga el saque de honor de un partido en Orriols. Nos sumamos a esta justísima iniciativa. Es un orgullo compartir nuestra grada con personas como Solaz. Y, recuerden, los homenajes siempre mejor en vida. Ojalá el club tome nota.