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El relato

3/05/2022 - 

VALÈNCIA. Explotó Bordalás tras el partido ante el Levante UD. Como reza la letra de la canción de Sabina (Mi primo el Nano), explotó harto de estar harto. Explotó harto del sambenito que se le ha colgado a su equipo y que predispone a los malos árbitros a ver las cosas en un sentido e ignorarlas en el contrario. Oiga, que esto no es un pedir que te regalen. Que si un jugador del Valencia CF hace una entrada de tarjeta roja, debe marcharse a la caseta, pero si se la hacen al de blanco y negro el rasero debe ser el mismo. Y a dia de hoy, no lo es.

La cuestión arbitral es uno de los motivos del hartazgo de Bordalás (hay más y ahora entraremos) porque los arbitrajes de este año dan -como mínimo- para el mosqueo. Pero es que resulta que pitarle al Valencia CF es muy fácil. Si sumas que Mestalla ha perdido su capacidad intimidatoria, a la guerra que Meriton mantiene con la RFEF la placidez de los colegiados para mostrarse inflexibles con los de Mestalla es evidente. 

Lo fácil y lo populista sería hablar de mano negra. Nunca he creído en eso (ni hubieras llegado a la final de Copa, ni hubieras tenido el arbitraje que tuviste en la final), pero siempre he mantenido que los árbitros saben muy bien a quien pitan sin que se les diga nada, y en todas las empresas gusta tener a los jefes contentos. Del mismo modo, todo el mundo sabe que hay errores que están mejor o peor vistos por tus superiores, y con esa tranquilidad es fácil realizar ciertos arbitrajes. ¿Tiene el Valencia CF motivo para quejarse de los arbitrajes? Rotundamente sí. Pero no puede excusarse tras ellos para justificar tres años de mediocridad por una mala gestión.

A Bordalás le tocó un pie (por ser fino) que cualquiera que pase ante un micro le atice aunque lleve dos ratos en primera división. Esa bandera la puede llevar bien limpia el entrenador del Valencia. Él nunca habla de los rivales y al revés no se puede decir lo mismo. Y Bordalás también está harto de sentirse solo. Porque en este Valencia más pendiente de cerrar redes sociales, de censurar medios de comunicación y de sacar comunicados para desmentir a periodistas no existe un relato que vaya encaminado a defender los intereses del club.

Cuando el enfrentamiento de Copa en 2019 entre Valencia y Getafe con el rifi-rafe Marcelino-Bordalás salió Angel Torres (el presidente del Getafe) a conceder entrevistas hasta en radio taxi. Se recorrió durante dos semanas todas las radios madrileñas que emiten en toda España para sostener un relato que acabó señalando al Valencia CF como culpable de todo. Ahora con Bordalás en el banquillo, sigue siendo culpable de todo el Valencia. Ahora, tras el infame arbitraje en Copa de San Mamés se tiró de una declaración (casi hecha por casualidad) en los medios del club de alguien con cargo representativo (que no ejecutivo) como Ricardo Arias para quejarse del penalti a Hugo Duro. Y la culpa no es de Ricardo, que dará la sangre siempre por su club, la culpa es de la alarmante falta de relato en un club cuya capacidad comunicativa en ese sentido es cero. Un tuit sobre La casa de papel por un penalti en Madrid es una maniobra tan pobre como insuficiente.

Aquí nadie sale a defender al entrenador. Aquí nadie sale a decir que a Guedes lo machacan en cada partido y que hace falta protección para el portugués, que ya se ha convertido en el segundo jugador que más faltas recibe de toda la primera división. Aquí nadie sale a hablar con un vídeo lleno de argumentos con jugadas claras que le pinte la cara a los árbitros. Aquí nadie habla con RFEF ni con el CTA (que sí, que eso hay veces que funciona, y otras que no. Pero si no lo haces, ya te aseguro yo que no va a funcionar). 

Aquí al final vale más la pena sacar comunicados para desmentirlo todo (excepto las dudas el respecto del futuro de Bordalás), en lugar de construir un relato fuerte para defender tus propios intereses. Pero para eso hacen falta determinados compañeros de viaje que son los primeros a los que el club desprecia. Y al final el perjudicado es el de siempre, el equipo, el Valencia CF. Pero eso ya sabemos, que para Meriton es lo de menos. Mientras haya vídeos del heredero todo estará bajo control.


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