VALÈNCIA. Con la irrupción de la pandemia el fútbol adoptó la solución a nivel de global de aumentar el número de sustituciones en los partidos de tres hasta cinco, pero manteniendo hasta tres turnos (ventanas) para poder realizar las 5 permutas.
Muchas lecturas se hicieron de este cambio de reglamentación que, por el momento, se sigue manteniendo -a excepción de la Premier-. La primera de ellas es que los entrenadores tenían mucha más capacidad de reconducir los partidos ya que con hasta 5 cambios, puedes cambiar casi el 50% del once con el se afronta de salida un encuentro que puede torcerse por el camino. La segunda de ellas es que es una ventaja para las mejores plantillas, dado que 5 futbolistas que entren desde el banquillo con un buen nivel, aumentarán la diferencia sobre los 5 que puedan tener enfrente si la profundidad del plantel es de distinta magnitud.
Centrándonos en la primera lectura, y en el caso en particular en el Valencia CF, destaca de manera alarmante un dato, la plantilla no tiene revulsivos para ayudar a voltear un resultado. Es más, sólo existen tres casos en los que jugadores que han salido con el partido comenzado hayan aportado goles o asistencias para poder sumar (y hablamos de tres empates, que no de victorias).
La primera de ellas fue en la jornada 7 y con la visita del Athletic de Bilbao a Mestalla. Los de Marcelino se habían adelantado en el minuto 69 con un gol de cabeza de Íñigo Martínez. Para colmo de males Alejandro Hernández Hernández había dejado al Valencia CF por una absurda jugada de Maxi Gómez en el minuto 82. Y cuando parecía que los rojiblancos se llevaban los tres puntos, apareció Marcos André para empatar en el 95. El brasileño había entrado en el minuto 70 supliendo a Hugo Duro y tuvo el acierto de enganchar la última pelota en el área para ayudar a sumar un punto para su equipo.
La segunda ocasión en que los jugadores entrados durante el partido ayudaron de manera directa (gol o asistencia) para sumar puntos ocurrió en la jornada 10 ante el Mallorca. Los de Mestalla comienzan haciendo un arranque lamentable ante los baleares que se ponen 0-2 en 38 minutos con goles de Ángel y de Diakhaby en propia meta. A los de Bordalás se les comienza a allanar el camino cuando Del Cerro deja al Mallorca con 10 jugadores por una de las clásicas pasadas de frenada de Kang In Lee (en el Valencia CF ya tuvo unas cuantas) en el minuto 55. Para ese momento Bordalás ya había movido el banquillo con un triple cambio en el descanso: Alderete, Soler y Marcos André suplen a Diakhaby, Racic y Maxi Gómez. Más tarde Manu Vallejo entra en el 64 por Hugo Duro, y en el 75 lo hace Jason por Foulquier. En el 93 Guedes marca el 1-2 con la ligera colaboración de un defensa. Y en el 98 Manu Vallejo cuelga a la desesperada una pelota pasada al segundo palo, prolonga en semi escorzo Marcos André para que Gayà fusile el empate a 2 en el último momento del partido. Vallejo y Marcos André colaboraron en esa diana que sirvió para sumar otro punto.
Y la tercera y última ocasión en la que el equipo tuvo intervención directa de un jugador salido desde el banquillo para ayudar a sumar a sus compañeros fue en el empate a tres ante el Atlético de Madrid de la jornada 13. En aquel encuentro se llega al tramo final con un equipo colchonero que domina claramente por 1-3 el marcador. Viendo el partido más perdido que otra cosa, Bordalás activa un triple cambio al final más encaminado a proteger titulares (la plaga de lesiones azotaba a la plantilla) que a buscar soluciones. De hecho lo hace en el minuto 85 en el que Koba y Hugo Duro suplen a Carlos Soler y a Helder Costa; más tarde, en el 86, Manu Vallejo entra por Alderete. Dos goles en de Hugo Duro en el 92 y en el 96 sirven para desatar la locura en Mestalla y para sumar otro punto gracias a la aportación directa de jugadores que no figuraban en el 11 inicial. Y hasta aquí...
La figura del revulsivo que cambie el curso de los partidos y revolucione los minutos finales en buasca de remontadas está vacante en el actual Valencia CF. Quizá en las dos últimas temporadas ese papel lo tenía un Manu Vallejo que pese a su papel meguante desde la llegada de Bordalás aún tuvo tiempo de dejar su granito de arena en esa faceta este año ante el Mallorca antes de salir cedido hacia el Alavés.
Sólo tres ocasiones en los que la aportación de los jugadores del banquillo ha ayudad para sumar es un bagaje que complica mucho incluso la confianza de Bordalás en sus suplentes. Las características de Racic, Helder, Cheryshev o Marcos André, distan mucho de las del jugador eléctrico y veloz que sale para intentar girar los resultados en contra.
Por si acaso, y de cara a la gran final, bien hará el técnico alicantino en seguir buscando revulsivos. Aunque si no hacen falta, buena señal será.