VALÈNCIA. El Valencia Basket buscará este viernes ante el Bayern Munich un triunfo que le saque de la zona más baja de la clasificación de la Euroliga y al mismo tiempo le devuelva parte de la confianza perdida y le reconcilie con el público de la Fonteta.
El equipo valenciano afronta este encuentro tras haber ganado solo uno de sus siete encuentro en el torneo y tras tres derrotas seguidas entre esta competición y la ACB. En el primero de esos tropiezos, contará el Herbalife Gran Canaria en casa, parte del público fue crítico con la labor del entrenador Jaume Ponsarnau.
El preparador catalán explicó que el pasado lunes se reunió con los directivos del club, que valoraron la mejoría del equipo y el esfuerzo de la plantilla, pese a constatar también los déficits que aún tiene, y que le transmitieron que mientras puedan mantendrán su confianza en él y en su trabajo.
Uno de los factores que habitualmente se valora en la entidad es la posición del público de la Fonteta por lo que una victoria daría tiempo a Ponsarnau para cambiar el rumbo del equipo y una derrota contestada por la grada lo acortaría, sin que se sepa hasta cuándo.
Enfrente tendrán a un rival que ha ganado tres de sus cuatro partidos hasta ahora pero que no ha sido capaz aún de sumar ninguna victoria lejos de su pista.
Uno de los referentes del equipo que dirige Dejan Radonjic es el alero serbio Vladimir Lucic, que regresará a la Fonteta, donde jugó tres campañas. Junto a él, destaca la aportación del interior estadounidense Greg Monroe.
Para este encuentro, como ha pasado las últimas dos semanas, y como pasará las próximas cuatro tras haber sido operado de la rodilla este miércoles, Ponsarnau no podrá contar con el base belga Sam Van Rossom por lo que solo deberá hacer un descarte técnico.