VALÈNCIA. El Valencia Basket cerró este jueves con su derrota en la final de la Liga Femenina una campaña muy difícil en cuanto a su gestión y lo hizo con dos títulos, las Supercopas de España y de Eurocopa, pendiente de si su clasificación para la Euroliga es directa o mediante fase previa y tras haber sufrido cuatro importantes decepciones.
El curso arrancó con las expectativas muy altas tras los éxitos de la pasada campaña pero con sólo un fichaje (la llegada de Ángela Salvadores) y con una ficha menos por la decisión del club de dejarla libre para una segunda canterana además de Lorena Segura.
En ese contexto, el técnico Rubén Burgos ha tenido que lidiar además de los casos de covid-19 que han afectado a todos los equipos con lesiones largas y complejas.
Laura Gil se rompió el tendón de Aquiles en febrero y no ha vuelto a jugar; Cristina Ouviña, fue baja casi dos meses por una lesión en el codo; Raquel Carrera estuvo cuatro meses de baja tras ser operada de la rodilla; y Ángela Salvadores y Anna Gómez tuvieron lesiones musculares de cerca de dos meses de duración.
Para cubrir todas esas viscitudes, el club pidió echó mano de las canteranas y sólo fichó a la veterana Itziar Germán que estaba jugando en la segunda división.
La temporada se abrió con una gran alegría y con una gran decepción casi seguidas. El equipo valenciano conquistó ante un mermado Perfumerías Avenida la Supercopa de España pero, a los pocos días, cayó en la fase previa de la Euroliga, una competición en la que aún no ha logrado debutar. Ese 'palo', que le devolvió a la Eurocopa, ha marcado en buena parte la temporada.
Aún así, el club vivió el momento álgido de la campaña un mes después, cuando en un extraordinario partido y con un extraordinadio ambiente en la Fonteta, se impuso en la final de la Supercopa de Europa al UMMC Ekaterimburgo, un equipo plagado de estrellas que ha dominado el baloncesto europeo en la última década. Lo hizo liderado por una Ouviña que fue designada MVP.
Tras ese subidón, el Valencia tuvo que capear con las lesiones y compaginar la fase regular de la Liga Femenina con la de la Eurocopa y lo hizo con mucha eficacia aunque sin brillo.
En la competición doméstica fue segundo, eliminó al Movistar Estudiantes en cuartos y al poderoso Spar Girona en semifinales, un cruce que le permite adelantar al equipo catalán en la carrera por si vuelve a haber una segunda plaza para la Euroliga sin fase previa, más allá de la que tiene el Perfumerías Avenida como campeón de la Copa de la Reina y de la Liga.
El Valencia volvió a ejercer de anfitrión de la Copa y el torneo volvió a ser un punto álgido de la campaña pero, muy mermado por las lesiones, pudo apear al Casademont Zaragoza en cuartos pero cayó en las semis ante el Girona, un palo similar al que supuso unas semanas antes caer en los cuartos de final de la Eurocopa ante el Reyer Venecia.
En ambas derrotas y en la del jueves ante el Perfumerías el Valencia volvió a mostrar una encomiable entrega y pundonor pero también sus limitaciones.