VALÈNCIA. El Valencia Basket recibe este domingo al Zunder Palencia en la jornada 23 de la fase regular de la Liga Endesa, en un choque que afronta con necesidad de un triunfo para recuperar confianza e impulso tras haber perdido cuatro de sus últimos cinco partidos entre Liga, Copa y Euroliga y sin excusas dado que tiene mucho más potencial que el colista de la competición.
El equipo valenciano llegó a la Copa del Rey tras una derrota con mala imagen en la pista del Bilbao Basket, pasó con apuros los cuartos de final ante el Gran Canaria y cayó sin opciones ante el Real Madrid en semifinales.
Tras diez días de parón por las ‘ventanas’ de las selecciones, este jueves perdió en la Euroliga en la pista del Virtus Bolonia en un partido en el que ni exhibió la defensa que en algún momento de la temporada le hizo temible ni mejoró en ataque.
El conjunto de Álex Mumbrú afronta este encuentro desde la séptima posición de la clasificación con un balance de trece triunfos y nueve derrotas, el mismo que tiene el UCAM Murcia, que es quinto, y el Joventut, que es octavo. Con diez derrotas están el Baskonia y el Baxi Manresa, por lo que un tropiezo podría acabar con el Valencia fuera de la zona de ‘play-off’.
Para este encuentro la única baja será la del interior Boubacar Touré, que lo ha sido en las últimas semanas por una lesión en la espalda. Además, Mumbrú deberá prescindir de uno de sus tres extracomunitarios, que son Jared Harper, Justin Anderson y Nate Reuvers.
Igualmente deberá hacer un descarte entre el resto de jugadores que no son de formación local, una condición que tienen Josep Puerto, Jaime Pradilla, Xabi López-Arostegui y Víctor Claver.
Mumbrú ha insistido casi desde que arrancó la campaña en la necesidad de ‘alargar’ el equipo y en que los jugadores que no son tan protagonistas en la Euroliga lo sean en la ACB aunque también es consciente de que sin la confianza que da sentirse importante entre semana es difícil que den ese paso en la competición doméstica.
El técnico espera también que el base canadiense Kevin Pangos, que llegó a principios de enero, mejore su rendimiento, algo que ya pareció en Bolonia, y que eso permita aumentar la fluidez ofensiva del equipo. En estos momentos, su capacidad ofensiva hace que le cueste mucho ganar partidos con sus rivales por encima de 80 puntos.
Con la llegada de Luis Guil a su banquillo y tres victorias en los últimos siete encuentros, el Palencia ha recuperado opciones y confianza en la salvación. El equipo castellano leonés ha tenido más de tres semanas para preparar el choque, dado que no disputa un partido oficial desde que sorprendió al Gran Canaria el 10 de febrero pero al mismo tiempo puede haber perdido algo de ritmo competitivo y tuvo a cuatro jugadores en las ‘ventanas’.
Las incorporaciones del base Coner Frankamp y del ala-pívot Isaiah Piñeiro han supuesto un impulso en las últimas semanas al que en este parón se ha unido el fichaje del exterior Jaylen Hands, que podría debutar en la Fonteta.