VALÈNCIA. El Valencia cerró este pasado martes un mercado estival de fichajes austero. movido y aparentemente eficaz, sobre todo en comparación con el de un año antes, en el que no hubo contrataciones, pero sin la llegada de un mediocentro y sin la venta de jugadores.
El club de Mestalla, con el técnico José Bordalás implicado en las operaciones, ha incorporado a seis jugadores, aunque cuatro de ellos han llegado en calidad de cedidos.
Se trata del angoleño con pasaporte portugués Hélder Costa y del delantero Hugo Duro, que llegaron prestado en la última jornada del mercado, y del portero Giorgi Mamardashvili, que fichó para el filial, aunque ha sido titular en las primeras tres jornadas de la Liga, y del central internacional paraguayo Omar Alderete, que igualmente ha brillado en el arranque liguero.
Además de sus fichas (o parte de ellas) y en algunos casos de pequeñas cantidades por el préstamo, el Valencia ha incluido al menos tres opciones de compra no obligatorias. Aún no está claro si hay algún tipo de posibilidad pactada de comprar a Costa.
Por Duro debería pagar unos cuatro millones al Getafe si quiere quedárselo, por el Mamardashvili cerca de un millón de euros si quiere comprarlo (algo menos si es antes de diciembre) y por Alderete, 7,5 millones si juega un determinado número de partidos o su el equipo llega a Europa.
Los dos únicos traspasos han sido los del delantero Marcos André y el carrilero Dimitri Foulquier. En el caso del atacante brasileño de 24 años se acordó un pago al Valladolid de cerca de 8,5 millones por el noventa por ciento de sus derechos. En cuanto a Foulquier se pagarán al Granada cerca de tres millones fijos y hay alguna cantidad más en variables.
La llegada de André supuso la primera compra de un jugador en más de 700 días por parte de una entidad que ha gastado en traspasos poco más de diez millones.
Lo que finalmente no ha llegado ha sido un mediocentro defensivo, que era una de las primeras peticiones de Bordalás. El entrenador que pidió un esfuerzo por el uruguayo Mauro Arambarri, ha llevado a esa posición con aparente éxito al central Hugo Guillamón y entre él y el serbio Uros Racic harán esa función.
Tampoco se han producido las ventas que el club se había planteado para poner en orden las cuentas del pasado ejercicio, un objetivo que dejó de ser tan acuciante tras la firma del acuerdo entre la Liga y el fondo CVC que ha supuesto una inyección de capital en los clubes que han aceptado el acuerdo.
Ni Gonçalo Guedes, ni Maxi Gómez, ni Jasper Cillessen, los tres jugadores no canteranos con más cartel han dejado la entidad. Tampoco lo han hecho José Luis Gayà o Carlos Soler, aunque la idea era retener a los jugadores formados en Paterna.
El hecho de que no haya salido ningún portero hace que se hayan quedado cuatro en la plantilla puesto que además de Mamardashvili y Cillessen están Jaume Doménech y Cristian Rivero.
Que no haya habido ventas no supone que no haya habido salidas aunque apenas han dejado dinero en la caja del club. La más llamativa ha sido la del canterano Kang In Lee, una de las grandes esperanzas del club en la última década, al que le quedaba una campaña de contrato y que salió con la carta de libertad y sin porcentaje de cara al futuro para fichar por el Mallorca antes de su último año de contrato con el Valencia.
Tampoco hay un ingreso fijo por Rubén Sobrino, que ha recalado en el Cádiz, aunque en su caso el club sí que se ha reservado un porcentaje de una posible futura venta. En el caso de Jorge Sáenz, se fue cedido al Marítimo de Portugal.
Previamente dejaron el equipo por haber acabado sus contratos Kevin Gameiro, Eliaquim Mangala, Christian Oliva, Francisco Reis Ferro y Patrick Cutrone, en el caso de estos tres últimos tras haber llegado cedidos en el mercado de invierno y sin apenas protagonismo en su periplo como valencianistas.