VALÈNCIA. Mykhaylo Mudryk (5 de enero de 2001, Krasnogrado, Ucrania), a base de fogonazos de calidad, está sacudiendo la Liga de Campeones. Su luminosidad cada vez que juega ha provocado que las grandes potencias europeas giren el cuello cuando juega en Champions y lo hayan fijado en su punto de mira. El futbolista del Shakhtar Donest, de 21 años, apunta a convertirse en una de las estrellas de la próxima década, según los 'scouts' de los grandes clubes del continente. "Después de Mbappé y Vinicius, es el mejor jugador de Europa en su puesto”, dijo, sin que le temblará el pulso, Darijo Srna, director deportivo del Shakhtar, en una entrevista con la CBS. "Si fuera brasileño valdría 100 millones", agregó.
Según ha podido conocer Plaza Deportiva, el club de Mestalla recibió este verano, entre los meses de junio y julio, el ofrecimiento de Mudryk. El futbolista y su entorno buscaban una salida en Europa para que escapara a la guerra entre su país, Ucrania, y Rusia; una situación que provocó la salida en estampida de los jugadores brasileños de la plantilla.
Su agencia Alik Football Management movió al jugador para encontrarle un destino y uno de los clubes a los que ofrecieron al jugador fue al Valencia. Miguel Ángel Corona, que ya tenía referencias del futbolista, tras conocer las condiciones económicas que determinaban la salida del jugador desde el Shakhtar, decidió descartarlo. El fichaje era inviable. No hubo negociación ni cifras sobre la mesa, simplemente un ofrecimiento llamativo porque Mudryk es uno de los grandes talentos emergentes de Europa.
Corona descartó al futbolista, no por falta de interés, sino por problemas de tesorería y presupuesto. Entre traspaso y ficha, la operación se disparaba y la consigna de Singapur era la de traer futbolistas cedidos, libres de contrato o de bajo coste. En esos parámetros no entraba Mudryk. La llegada de Gennaro Gattuso, que venía con una cartera de jugadores futuribles para reforzar la plantilla, y el regreso a primera línea en la parcela fichadora del máximo accionista Peter Lim y de su consejero Jorge Mendes marcaban la salida del Valencia al mercado.
Finalmente Mudryk, extremo derecho que juega en la izquierda, imagen de Nike y con contrato en vigor hasta 2026, se quedó en el Shakhtar debido a las altas pretensiones del propietario del club ucraniano, Rinat Akhmetov. Mudryk renovó en febrero de este año antes del estallido de la guerra a gran escala en todo el país, aunque el Shakhtar no puede jugar en el Donbass Arena desde que Rusia reclamara aquel territorio en 2014 y comenzasen los bombardeos. El equipo naranja, convertido en un nómada, lleva ocho años sin jugar en su estadio por el horror de la guerra.
El dueño del Shakhtar es Rinat Akhmetov, un multimillonario ucraniano de 55 años que se enriqueció con la minería y es dueño de un imperio de medios de comunicación en Ucrania que ha puesto al servicio del país tras el inicio del conflicto. Enfrentado a Putin, Akhmetov ha perdido parte de su fortuna tras los bombardeos, que han afectado a su conglomerado minero, a sus estaciones de servicio y al estadio del club, el Donbass Arena, ubicado en el centro de Donetsk. Es la persona más rica del país. Con una fortuna aproximada de 6.900 millones de euros, está en el puesto 327 de la lista de personas más ricas del mundo, según Forbes.
Akhmetov le pidió este verano al Bayern de Munich 25 millones de euros cuando los bávaros preguntaron por la perla ucraniana. Su precio de mercado en diciembre era de 4 millones de euros y hoy es de 15 kilos, según Transfermarkt. "Si alguien quiere llevárselo deberá pagar mucho, mucho, mucho dinero. Y respetar a nuestro presidente y nuestro club”, advirtió Srna en aquella entrevista. La operación para el actual Valencia, por motivos obvios, era inviable y estaba fuera de mercado.
El miércoles ante el Celtic volvió a exhibirse. Lleva seis goles (tres en Champions) y siete asistencias entre la Premier de Ucrania y la Liga de Campeones. Newcastle, Arsenal o Juventus, con el Real Madrid también expectante, están detrás del rubio del Shakhtar, que se decanta por jugar en la Premier League inglesa si su presidente Akhmetov accede a venderlo. Su precio superará los 50 millones de euros.