VALÈNCIA. El Valencia ve el descenso como una posibilidad cada vez más remota desde su caída libre en la final de la era Gattuso allá por el mes de enero. Rubén Baraja y Carlos Marchena han conseguido rescatar un equipo que primero tuvieron que estabilizar, más tarde reestructurar, calmar cuando parecía que volvía a entrar en depresión y finalmente han solidificado.
Cuando todos los comentarios apuntaban a la trascendencia del mes de abril dada la cantidad de enfrentamientos directos que tenía el Valencia CF con rivales directos por la permanencia, ha sido mayo el momento del asentamiento del equipo valencianista apoyado en los chavales del Mestalla que le han cambiado la cara al equipo.
El Valencia CF comenzó el mes de abril en la 17ª posición de la clasificación, una plaza por encima del descenso y con 27 puntos (los mismos que el Espanyol que ocupaba la 18ª posición). En ese mes, empató contra el Rayo, perdió en Almería, perdió en la visita del Sevilla y ganó en Elche y en Mestalla ante el Valladolid y perdió en Cádiz; total, 7 puntos en 6 partidos.
Cuando peor se ponía el calendario, el equipo está salvando los muebles, y en tan sólo 3 partidos del mes de mayo el Valencia CF ya ha sumado los 7 puntos sumados en abril con dos victorias ante Celta y Real Madrid, y un empate ante el Villarreal. A priori los puntos han llegado ante rivales de una entidad muy superior a los contendientes con los que tuvo que medirse el pasado mes. En estos momentos, los de Baraja ocupan el lugar 13º en la tabla con los 40 puntos alcanzados.
Si se suma el final del mes pasado y el comienzo de este, el Valencia ha despegado gracias a una racha de 6 partidos en los que ha sumado 13 puntos, ha ganado 4 partidos ha empatado otro y sólo suma una derrota. Ahora, el descenso queda a 5 puntos que son 6 dado que el actual Real Valladolid es el equipo que ocupa la 18ª posición y el Valencia le tiene ganado el goal average (gracias al global ya que el particular está empatado).
El equipo ha cambiado sustentado en un cambio de roles. Dos de los chavales del Mestalla se han hecho con un puesto en el once inicial y están siendo decisivos. La aportación de Javi Guerra y de Diego López les ha llevado a ser ya fijos en los planes del entrenador, y la irrupción de Alberto Marí le ha llevado a ser un habitual en las convocatorias y en los tramos finales de los partidos cuando estos se atascaban.
No sólo en el Mestalla se ha basado el cambio de Baraja. Tras una fase en la que el equipo jugó con 3 centrales, Baraja decidió volver a la defensa de 4 tras el mal partido de Cádiz. Apostó por la vuelta de Gabriel acompañado por Diakhaby y desapareció el trivote en el centro del campo al pasar a un 4-2-3-1 al cual el equipo parece haberle cogido el aire. La vuelta de Kluivert ha acabado por dotar al equipo de algunos argumentos en ataque de los que carecía sin la presencia del neerlandés.
No sólo cuentan los que están, también hay que destacar las decisiones de Baraja de dejar de contar con algunos futbolistas que estaban sumando poco o nada al grupo. Pese al buen partido de Thierry ante el Madrid, Foulquier es quien se ha asentado en el lateral derecho. La dudosa implicación de Yunus y de Ilaix Moriba y su paupérrimo rendimiento, les ha acabado concediendo un papel residual en la rotación del centro del campo.
La suma de factores ha permitido al Valencia escapar justo cuando más se empinaba la carretera, y cuando menos tiempo hay para que los rivales reaccionen. El Valencia CF gana cuando los demás pierden y parece que marca una distancia decisiva para ahuyentar el drama. Al menos, por esta temporada.