CONTRACRÓNICA VALENCIA 3-0 LEVANTE

El Valencia golea pero no convence

El público de Mestalla pidió a su entrenador que se marchara al finalizar el encuentro pese a la victoria frente al Levante. El Valencia mostró su peor cara en la primera mitad y mejoró en la segunda

1/11/2015 - 

VALENCIA. Se ganó con un resultado amplio y Mestalla despidió a su entrenador con una sonora pitada y entonando el famoso cántico con el que le sugieren que deje el club. "Nuno vete ya" fue la despedida a un Valencia CF gris que sólo con las apariciones de Bakkali y Parejo ganó en fluidez y consiguió superar a un Levante que mereció mucho más de lo que dijo el resultado.

El conjunto granota llegaba a Mestalla como colista de la Liga y con el estreno en su banquillo del catalán Rubí. En el primer acto atropelló al Valencia CF. Fue mucho mejor y perdonó hasta cuatro buenas ocasiones para haberse adelantado en el marcador. Jaume volvió a salvar a su equipo. Lo hizo nada más salir de los vestuarios ganándole un mano a mano a Morales, jugador que siempre rinde más contra los blanquinegros. Pero luego Roger, Juanfran y un centro que estuvo a punto de colarse en la red valencianista fueron las ocasiones de los granotas en el primer acto. Un primer tiempo en el que los valencianistas no aparecieron. No estuvieron. No hubo un solo valencianista que luciera en ese periodo. El equipo estuvo perdido, sin norte, y fue incapaz de generar fútbol tan siquiera para acercarse a los dominios de Rubén.

Mestalla se desesperó viendo la impotencia con la que sus jugadores estaban correteando por el césped. El descanso llegó para los valencianistas y Nuno movió el banquillo. Dio entrada al mejor extremo izquierdo que tiene ahora mismo, Bakkali, y sentó a un Piatti que vuelve a ser tan inofensivo como antes de su mega renovación.

El belga fue el jugador que cambió la dinámica del equipo. Él fue el que abrió el campo y consiguió hacerle mucho daño a Pedro López. Por allí empezó a cambiar el partido para los valencianistas. Jaume volvió a sacar una buena pierna para evitar un tanto granota y a partir de ahí los levantinistas se echaron atrás y los de Nuno ganaron presencia en su zona ofensiva.

El partido cambió con la jugada del penalti que abrió el marcador para los valencianistas. André, que no ha estado fino en las dos últimas jornadas, mandó un misil desde la frontal que Rubén no pudo blocar y Feghouli, mermado pero aún así uno de los mejores, se adelantó para recoger el rechazo y provocar un penalti claro que Alcácer no perdonó.

El error de Rubén en el despeje dejó al Levante herido, porque sus jugadores se vieron tocados y casi hundidos tras perdonar tantas ocasiones y verse por debajo en el electrónico. Era el 18 de la segunda parte y los granotas se difuminaron. Sólo unos minutos después, Juanfran, regaló a Alcácer un balón que mató el partido. El error, infantil, del 'abuelo' de la Liga, dejó solo a Paco ante Rubén que picó el balón por encima del arquero y Feghouli lo remachó a la red ante la sorpresa de todos porque ese balón ya se colaba en la red granota.

Ahí se acabó el partido. El Valencia con la entrada de Parejo ganó posesión y fluidez, y los de Rubí desaparecieron de Mestalla. El partido ya no tuvo historia. Bueno sí, tuvo mucha historia. Tuvo un golazo bestial de Bakkali, el belga juega mejor cuando sale de revulsivo, que no para de crecer y es el mejor fichaje de la temporada. Pero lo más duro fue al final.

Mestalla pidió la salida de Nuno. Lo pidió porque durante 65 minutos el Valencia CF fue incapaz de dominar en su estadio al colista. No solo eso. No solo no lo dominó, si no que ni le tiró a puerta y ellos tuvieron hasta cinco ocasiones de gol. Otra vez Jaume fue el mejor. Y todo eso está ahí. El equipo puede engancharse a la cabeza de la Liga. Pero para eso necesita una regularidad que Mestalla cree que no llegará. Porque con el juego que muestra el equipo es complicado creer en ello. Nuno tendrá ahora dos partidos fuera de casa para intentar cerrar el pase a octavos de Champions y para dar un golpe de efecto en Vigo. Si lo consigue, es posible que Mestalla rebaje ese quemazón que lleva con el equipo y sobre todo con el entrenador, si no lo logra la situación será casi insostenible.